AMOR ¡QUE BELLO ES EL AMOR!
Solo por el Día de San Valentín
Marco Antonio Figueroa Quinto
Estamos de acuerdo con la sentencia de que no existe mayor error en la vida que mostrarnos cínicos ante el amor. Cuando llegue uno al final de la existencia, lo único que contará será el amor que hemos dado y recibido. En el inevitable viaje sin retorno que todos emprenderemos algún día, lo único que nos llevaremos será amor y lo único de valor que dejaremos es amor, quien opine lo contrario se seguirá aferrandò a cuestiones materiales, toda fortuna acumulada al final de su vida, será disfrutada por otros ¡Irónico!. Por eso el amor es el mejor regalo que podemos recibir y ofrecer en la vida, darle sentido a la existencia y crear el deseo de vivirla con pasión. El amor no es algo que sucede, es algo que creamos y todos tenemos esa capacidad y posibilidad de irla edificando día a día. Existe. Por ello para amar realmente, debemos iniciar por uno mismo, ese es el punto de partida y de ahí respetando opiniones de los demás (aunque en algunas ocasiones sean ofensivas para uno), pero necesitamos conocernos y respetarnos. Es preciso que el bienestar de nuestros semejantes nos preocupe de verdad, solo en un plano de generosidad y plenitud encontraremos nobles y bellos sentimientos. De igual manera en estos caminos de la vida tendremos altas y bajas, llantos y risas, triunfos y fracasos, luz y sombra, en fin los eternos contrastes, eso que le da sabor a la existencia, por ello debemos saber que ninguna persona merece nuestras lágrimas y debemos saber que aquel o aquella que las merezca, evitará que brote el llanto. Para amar a una persona de verdad debemos de verla por dentro (su naturaleza, su espiritu, su alma). Hay cosas que no pueden contemplarse con los ojos. En el amor lo esencial sólo puede verse con el corazón Todos tenemos el poder de amar y de que nos amen y la capacidad para crear relaciones amorosas en nuestra vida, es triste que la gente decida vivir sin amor, encerrarse en sus recuerdos, tristezas, desengaños, amarguras y miedos.
El amor está disponible para todo el mundo, pero debemos entregarnos a él, si sin reservas ni calculo, total el amor es una experiencia. Las relaciones no aportan el amor, nosotros ponemos amor en la relación cuando lo tenemos en nuestro interior. Cuando somos cariñosos, es porque el cariño abunda en nuestro corazón. Por eso el amor empieza con uno mismo. Si deseamos amor, debemos de renunciar a nuestros miedos y estar dispuesto a no dejar pasar las oportunidades. Amar significa vivir el presente, el aquí y ahora. Nada tarda tanto como aquello que no se empieza. Para ello debemos de conocer diez secretos del amor, que será escaso o abundante de acuerdo a la siembra que uno deposite en él. Veamos entonces dichos “secretos”
¡El poder del pensamiento! El amor comienza con el pensamiento. Nos convertimos en lo que pensamos. Los pensamientos amorosos crean experiencias y relaciones amorosas. Las actitudes sinceras y positivas cambian nuestras creencias, sentimientos y pensamientos acerca de nosotros mismos y de los demás. Si queremos amar a alguien, necesitamos tener en cuenta sus necesidades y deseos. Pensar acerca de nuestra pareja ideal nos ayudará a reconocerla cuando entre en nuestra vida. Pero todo empieza con uno mismo, aprendamos a amarnos, a ser feliz en la soledad, a ser cariñoso con uno mismo. Cuando estemos llenos de cualidades positivas debemos compartirlas con la persona que amamos, nunca antes.
Debemos intentar el poder del respeto. No podemos amar a nada ni a nadie a menos que antes lo respetemos. La primera persona que merece nuestro respeto somos nosotros mismos. Para recuperar el respeto para si mismo, debemos hacernos la pregunta: ¿qué respeto en mí? Para respetar a los demás, incluso a las personas que nos desagradan, preguntémonos: ¿que respeto de ellos? Recordemos que las personas que nos desagradan reflejan inconcientemente cosas de uno, las que cotidianamente nos desagradan, por tanto, no tratemos de cambiarlos a ellos sino a nosotros. Un proverbio chino dice: antes de salir a salvar el mundo dale tres vueltas a tu casa. De igual manera esta el poder de la entrega. Si deseamos recibir amor, ¡todo lo que tenemos que hacer es darlo! Cuanto más amor entreguemos, más recibiremos. No pasemos el tiempo con alguien que no este dispuesto a pasarlo con uno, eso sería necedad y causa de permanente tormento. Amor es entregarnos sin condiciones y voluntariamente. Practiquemos al azar actos de bondad. Antes de comprometernos a una relación, no nos preguntemos por lo que la otra persona nos puede dar, sino por lo que podamos aportar a ella. La fórmula secreta de una relación amorosa, feliz y para toda la vida es centrarnos siempre en lo que podamos dar en vez de en lo que podamos sacar. Como dijo el maestro Jesús: ama a tu prójimo como a ti mismo. Ese mensaje, y no otro, de nuestro maestro Jesús es lo que nos hace ser verdaderos cristianos, que no nos engañen las múltiples sectas e iglesias pseudocristianas. El amor no tiene precio. Asì que tendremos que ir en busca del poder de la amistad. Para encontrar un amor verdadero, primero debemos encontrar a un amigo o una amiga verdadera. El amor no consiste en mirar a los ojos del otro, sino en mirar juntos en la misma dirección. Para amar a alguien de verdad debemos amarlo por lo que es, no por su aspecto físico. La amistad es la tierra en la que la semilla del amor crece. Si deseamos introducir amor en una relación, primero debemos aportar amistad. Otra cuestión importante es el poder del contacto físico. El contacto físico modifica una de las expresiones más poderosas del amor que existe, destruye barreras y crea vínculos entre la gente. El contacto físico altera nuestro estado físico y emocional y nos hace más receptivos al amor. El contacto físico nos ayuda a que el cuerpo sane y enternece el corazón. Cuando abramos los brazos, estamos abriendo el corazón. El sexo sólo es verdadero, profundo y sincero cuando el amor es completo. El poder del desprendimiento. Si amamos algo dejémoslo libre, no seamos posesivo. Si vuelve es nuestro; si no, nunca lo fue. Incluso dentro de una relación amorosa, la gente necesita tener su propio espacio. Si queremos aprender a amar, primero debemos aprender vivir en la soledad, debemos aprender a perdonar y dejar ir nuestras heridas y dolencias del pasado. Cada relación es única, por tanto, no condicionemos el presente con el pasado, ¡sanémonos a nosotros mismo, salvémonos de nosotros mismo! Amar significa desprendernos de nuestros miedos, prejuicios, apegos, ego y condicionamientos. Dejemos atrás todos nuestros miedos, el pasado ya no tiene poder sobre nosotros; hoy es el comienzo de una nueva vida. Cada día debemos aprender a morir y renacer. El poder de la comunicación. Cuando aprendemos a comunicarnos abiertamente y con sinceridad, la vida cambia. Amar a una persona es establecer comunicación directa con ella. Dejemos que la gente a la que amamos sepa que la amamos y apreciamos. Nunca tengamos miedo a pronunciar las palabras mágicas: ¡Te amo! si ¡Te amo! No dejemos pasar la oportunidad de halagar a esa persona. Despidámonos de la gente siempre con palabras cariñosas: puede que sea la última vez que veamos a esa persona. Incluso cuando haya cosas de la persona a la que amamos que no nos gustan digámoslo, no reprimamos, no hagamos de un grano de arena una montaña, obligándonos a buscar las palabras adecuadas que no hieran, hacerlo siempre con amor, pues el amor transforma, el odio destruye lo que amas y la culpabilidad te autodestruirá. Si estuviéramos a punto de morir y pudiéramos llamar por teléfono a las personas que queramos, ¿a quién llamaríamos?, ¿qué le diríamos?, ¿qué esperamos para hacerlo? Que disyuntiva. Asì mismo tener el poder del compromiso. Si deseamos amor en abundancia, debemos establecer el compromiso de lograrlo, un compromiso que se reflejará en nuestras acciones y pensamientos. El compromiso es la verdadera prueba de que el amor está presente. Si queremos tener una relación con amor, debemos comprometernos a crear la relación que deseamos. Cuando estemos realmente comprometidos a algo o con alguien, nunca abdicar es la opción. El compromiso distingue una relación frágil de una sólida. Pero el compromiso no es firmar papeles, el verdadero compromiso es tener claro que el amor que no se alimenta cada día, se pierde cada día, al igual que una flor que no la riegas cada día se marchita y se muere. Otra cuestión importante es el poder de la pasión. La pasión enciende el amor y lo mantiene vivo. Una pasión duradera no procede exclusivamente de la atracción física, sino que se origina gracias a un profundo compromiso, entusiasmo, interés, entrega y fascinación por la otra persona. La pasión se puede reavivar recreando experiencias pasadas en las que existe pasión. La espontaneidad y las sorpresas crean pasión. El amor y la felicidad comparten la misma esencia; todo lo que necesitamos hacer es vivir cada día con pasión. Importante también es el poder de la confianza. La confianza es esencial para establecer una relación con amor. Si un miembro de la pareja está cegado por la sospecha, la ansiedad y el temor, el otro se sentirá atrapado y emocionalmente ahogado. No podemos amar a una persona plenamente a menos que confiemos en ella. Actuemos como si la relación que mantenemos con una persona nunca fuese a terminar. Una manera de saber si una persona es la adecuada para nosotros es preguntándonos: ¿confío en ella plenamente y sin reservas? Sí la respuesta es negativa, pensemos con cuidado antes de comprometernos más. En conclusiòn llegamos y volvemos a preguntarnos ¿Qué es el amor?, y la respuesta certera será, que es una relación...Toda relación es un misterio, y dado que existe entre dos o más personas, depende de ambos. Y en ese encuentro un nuevo mundo es creado. El sólo hecho del encuentro, es un fenómeno que no ha ocurrido antes. Y esto cambia y transforma a ambas personas. Una nueva cosa ha sucedido, una mujer existe como tal, cuando nace un niño, en ese mismo momento nace una madre, lo mismo ocurre cuando una mujer se vuelve un amante, ya no es la misma mujer. Tanto la madre como la amante es una nueva mujer, algo absolutamente nuevo. Toda relación es creada por uno, pero a su vez esa relación te crea. Cuando dos personas se encuentran, son dos mundos que se encuentran, y es algo muy complejo. "Cada persona es un mundo en sí mismo, un misterioso complejo con un largo pasado y un futuro eterno". Está relación es en principio un encuentro periférico, si crece en intimidad, se vuelve más profundo, y si tú estás en tu centro, y él también lo está, estos centros comienzan a encontrarse cada vez más, y comienza lo que se llama AMOR Cuando el encuentro es periférico, son simplemente "conocidos", tocas a la persona desde afuera, desde el borde, eso es "un conocido", sabemos muchas veces a esto llamar "amor", pero esto es una falacia: "ser un conocido no es amor". El amor es muy raro. Llegar y encontrar a una persona en su centro, es pasar uno mismo por un gran cambio, por una revolución. Porque si quieres encontrar a una persona en su centro, tendrás que permitir que esa persona llegue también a tu centro. Para lo que debes volverte vulnerable, abierto, lo que es un gran riesgo, es peligroso, porque nunca se sabe que es lo que te hará esa persona, una vez que todos tus secretos son conocidos por él, una vez que todo lo que ocultas de ti mismo queda al descubierto, quedas completamente expuesto. Allí aparece el miedo, y nos es muy difícil abrirnos, o directamente nunca nos abrimos... y pasamos de una a otra persona como simples conocidos, y podemos pensar que es el amor que ha sucedido, pero no es así, es sólo el encuentro de dos periferias, esta periferia no eres tú, es la cerca que hay alrededor tuyo, es donde tú terminas y comienza el mundo. Hay parejas casadas y amantes que han vivido por años juntos, y que sólo han sido conocidos, que nunca se han conocido realmente el uno al otro. Y hay situaciones en las que cuando más vives con alguien, más te olvidas de que los centros han permanecidos desconocidos. Primera enseñanza: no tomes a los conocidos por amor.
Puede también que estés haciendo el amor, relacionándote sexualmente, pero esto también es periférico. A no ser que los centros se encuentren, el sexo resulta sólo el encuentro de dos cuerpos. Sólo el sexo es amor, cuando ambos en esa relación sexual, estén ambos en su centro, en ese caso el sexo es sublime, es eterno ¿cuando permitimos que alguien entre en nuestro centro? Sólo cuando no tienes miedo, cuando no eres temeroso... Por lo que sólo hay dos formas de vivir: "Orientados hacia el miedo, u orientado hacia el amor". Segunda enseñanza: Lo contrario al amor es el miedo. La persona orientada hacia el amor, es alguien que no teme al futuro, que no le teme al que tiene junto a él, que se abre, que se expone, que se brinda, que se pone en sus manos... Que no le teme al resultado y a la consecuencia, "alguien que vive aquí y ahora" Tercera enseñanza: El amor es una rara flor, que no siempre florece. Y sólo sucede cuando no hay miedo, nunca puede suceder antes. Cuando no tienes miedo, no hay nada que ocultar, puedes ser abierto, retiras todas tus fronteras y puedes invitar a que la otra persona penetre en ti hasta el centro mismo. Y es regla, que siempre que permitas que alguien penetre en tí profundamente, él te permitirá penetrar en él, porque cuando tú das el primer paso, y permites que penetre en tí se crea una confianza; cuando no tienes miedo, el otro también se vuelve libre de miedo. Cuando una pareja, dos amantes, se tienen miedo, esto no es amor, es sólo un acuerdo entre dos personas temerosas que dependen el uno del otro, peleando, explotándose, manipulándose, controlándose, dominando, poseyendo, teniendo sexo, pero no es amor Para lograr el amor, debes abandonar el miedo, y tienes tanto miedo porque no puedes ver... que amando no tienes nada que perder. No hay nada que temer, no hay nada que perder, no hay nadie en contra tuyo, aún cuando lo sientas, porque todos sólo se preocupan sólo en sí mismos, no de tí. Meditemos sobre esto y permitamos que el otro entre en nosotros. No pongamos barreras, seamos un pasaje siempre abierto, sin llaves, sin puertas cerradas. Cuando dos centros se encuentran entonces hay amor. Y el amor es como un fenómeno químico. Tal como si oxígeno e hidrógeno se encuentran, permiten entrar en ellos se unen, se forma algo nuevo: agua, se ha creado agua. Pero si no entran uno en el otro, si no se unen, puedes tener todo el hidrógeno del mundo, todo el oxígeno, y tienes sed. De nada nos servirá, la sed no se irá. Así vimos en parte muy subjetiva lo que es el amor, la verdad la tienes tú. De ti depende en tener el amor, que es dar y recibir. ¡Estamos!
<< Home