CÒDIGO DE ÈTICA DEL COLEGIO
DE PERIODISTAS DE VERACRUZ
Marco Antonio Figueroa Quinto
Marco Antonio Figueroa Quinto
Al concluir el curso organizado por el Colegio de Periodista del Estado de Veracruz este pasado fin de semana, donde el ameritado doctor en educación Javier Ayastuy Torrealday egresado de la Universidad Complutense de Madrid compartió, con un nutrido grupo de periodistas veracruzanos, presente preocupación sobre principios rectores que deben imperar en la función periodística, no solo para los operativos de las noticias e información, sino también para los empresarios del gremio, que deben de estar interesados en mejorar y profesionalizar dignamente todo lo relacionado con los procesos de comunicación, desde un punto de vista ético, que contribuirá en una sociedad de mayor equilibrio y equidad. Compromiso que se asume para establecer el paradigma, que debe ser la norma de informar veraz, exacta, amplia y oportunamente, lo que implica que el periodista tenga plena conciencia de lo trascendente de su función en estas actuales sociedades, principalmente en esta entidad, tan necesitada de esta importante y vertical propuesta. El curso que se desarrolló durante dos días en esta ciudad capital fue lleno de conocimientos, reflexiones y experiencias que ampliaron importancia y trascendencia de los procesos deontològicos de esta noble y ya peligrosa actividad, por ello al retomar una de las conclusiones del ponente, sobre instalar en esta ciudad capital un observatorio ético en tales acciones, nos sumamos a tan genial propuesta enriqueciendo con argumentos del periodista chileno Juan Jorge Faundes en “El rol de los periodistas y su marco ético” consideraciones que surgieron y se vislumbraron entre los presentes, los que sin duda serán portadores de todo lo acontecido. Que en todo momento está construyendo (por causas biológicas y culturales) una versión incompleta y distorsionada de lo real. (Hasta el hecho de jerarquizar subrayando aquello que es “noticia” [lo novedoso, lo improbable] constituye desde ya una distorsión). Que, además, se trata de una versión interesada del acontecimiento de que trate, cuya información acerca de él se configurará asignándole: un valor de probabilidad: el periodista siempre buscará aquello improbable [lo noticioso]; un valor situacional: que sea pertinente a la necesidad sistémica de su empresa (de su grupo específico o de él mismo) de sobrevivir, metabolizar, crecer, mantenerse estable, legitimarse, controlar, etc., en la sociedad y mercado en el que compite; es decir, buscará, elaborará y difundirá información desde una posición enunciativa, desde un modelo de contexto o escenario estratégico construido en su mente, y un valor en juego: haciendo de la información un medio, un recurso estratégico, para lograr un objeto deseado (que será un efecto multivariable de carácter más o menos mercantil, ideológico y político, dependiendo de la finalidad del grupo, empresa o de él mismo).
Que lo anteriormente dicho vale para el discurso o información de cada una de las fuentes que utilice, las que también habrán construido una versión verosímil pero distorsionada y cargada de los valores de probabilidad, situacional y en juego que cada una de las diversas fuentes les asigne. Y que consciente de que la verdad, la objetividad y el valor periodístico, por ser un modo de información, no son absolutos (independientemente de que la realidad objetiva pueda serlo), sino que dependen de la complejidad multivariable del contexto físico, biológico y sociocultural, debe procurar elaborar su producto de manera tal, que el destinatario también esté consciente de la relatividad del mensaje que está recibiendo. En lo práctico, ser veraz, exacto, amplio y oportuno, significa ante todo, en el proceso de investigación, tener la honestidad de: Recurrir a la mayor variedad de fuentes a las que sea posible tener acceso; Someter a crítica el discurso de las fuentes para develar el valor situacional y el valor en juego que han operado en su construcción, y dejar en evidencia su sentido estratégico, sus intereses subyacentes. En el proceso de elaboración y producción del texto (texto, en sentido amplio: sea escrito, radial, televisivo o en otro formato): Ser transparentes en la exposición del contenido que aparenta ser datos objetivos (indicando sus insuficiencias, sea en su calidad de indicios circunstanciales o de pruebas supuestamente directas); Ser claros en evidenciar las hipótesis e interpretaciones que se proponen, así como las opiniones que se expresan. Igualmente, aclarar los intereses u objetivos socioculturales que se pretenden con el mensaje, así como las consecuencias que su difusión tendría para el emisor, los destinatarios y otros posibles involucrados. En cuanto a la oportunidad, esta se refiere a los efectos que representa la comunicación temprana o tardía de la información y al valor de uso que su omisión, retardo o entrega inmediata representa para los diferentes protagonistas vinculados al acontecimiento.
Si bien es cierto que se felicita a los directivos del Colegio de Periodistas de Veracruz por esta iniciativa, seguramente el licenciado Fidel Herrara Beltràn, gobernador constitucional de Veracruz respaldará las importantes resoluciones que surjan de estos foros de reflexión y conocimientos. ¡Estamos! alodi_13@hotmail.com
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