ESCRIBIR, ESCRIBIENDO

Marco Antonio Figueroa Quinto


Al ser invitado por docentes y directivo de la Escuela Primaria Federal “Constituyentes de 1917” de esta ciudad capital, a compartir experiencias teóricas y prácticas respecto a la redacción, pensé en dosificar conocimientos esenciales proporcionados de una manera dinámica, ya que siempre he pensado que para escribir es necesario estar escribiendo, pero para escribir bien, es menester antes tener el hábito de leer. Es muy difícil que un no lector pueda escribir con propiedad cualquier texto, el antecedente de este Taller General de Actualización (TGA) en la referida institución, se sustenta en otro de similar importancia, compartido a la vez por el excelente maestro Lizardo Enríquez Luna, en donde el tema recurrente fue “La lectura”. Esta es la versión presencial de nuestro taller, dirigida a docentes de la referida institución, los que interesados en la redacción y la creación literaria, tomaron consciencia de que el aprendizaje de la escritura es un trabajo a largo plazo que requiere disciplina, paciencia y una reflexión permanente sobre los más diversos aspectos que involucra el proceso creador. Todos pusimos atención tanto a los mecanismos que permiten desarrollar la imaginación como a las técnicas narrativas más elaboradas, la platica abarcó todos los temas que un narrador debe poner en práctica para un pleno dominio de su oficio. Participando tanto personas sin experiencia previa como personas con una arraigada costumbre de escribir, al final de esta se pudo compartir opiniones sobre redacción y literatura que nos legan grandes estudiosos del tema, lo que complementó estos trabajos, responsabilidad compartida con el maestro Luis Gerardo Martínez García, quien dio magistral inicio a tales acciones, que llevaban profundo agradecimiento del que esto escribe, ya que en estas aulas abrevaron sus primeras letras mis hijos.


Los objetivos y la metodología de nuestra actividad se estructuraron a partir de un doble eje. Por un lado, trabajamos la creación literaria a través de lecciones, pautas, estímulos y propuestas muy diversas, centrados tanto en los aspectos técnicos y estilísticos de la escritura como en el desarrollo de la capacidad de fabulación, sin olvidarnos nunca de que escribir, más allá de redactar correctamente, es hacer pensamiento, poesía, historia, creación; en definitiva, reinventar el mundo reinventándose uno mismo. Por otra parte, esta actividad se planteó y desarrolló en grupos de trabajo e intercambio, donde una parte vital del aprendizaje se generó a partir de nuestros comentarios a los relatos y del comentario y la discusión de los textos de los participantes entre sí. El taller exploró el territorio de la narrativa en su sentido más amplio. Muchas propuestas de trabajo tomaron el relato corto como género alrededor del cual se organizó el trabajo, aunque la mayoría de los temas tratados, tanto técnicos como estilísticos, fueron de interés extensivo a otros géneros, como la novela, especial interés dimos en esta ocasión a la décima, que como expresión literaria nos dejó sabias enseñanzas, dichos productos están en poder del director de la escuela, quizá esto se convierta en el punto de partida para que los casi mil niños de este universo educativo se acerquen a la composición por dicho género.

Uno de nuestros objetivos prioritarios fue ayudar a los participantes a desarrollar y a afianzar una disciplina de creación y reflexión a largo plazo. La práctica literaria implica, más allá del aprendizaje de unas habilidades técnicas, una reflexión permanente sobre todos los aspectos de la vida. Sólo quien consigue contagiarse día a día de hábitos que le ayuden a traducir en palabras su mirada sobre la realidad acaba por convertirse en escritor.
Consejos prácticos y bibliografía de apoyo, Búsqueda y tratamiento del tema, Técnicas para desbloquear la inventiva, Los cimientos del relato, los puntos de giro, el narrador y los puntos de vista, el ritmo en el relato, la actitud. El tono y la atmósfera, el diálogo, la metáfora y los motivos literarios

Un taller es una actividad viva cuyo éxito depende en gran parte de la implicación de sus participantes. En un taller literario, más allá de las intervenciones del profesor ante la lectura de los textos de los participantes, tienen una importancia vital las opiniones que les merecen esos textos a los demás compañeros de grupo. Analizar y expresar los motivos que hacen que guste o disguste el relato de un compañero obligó a realizar un esfuerzo de reflexión que incidió directamente en la evolución de la propia escritura y que es parte fundamental del aprendizaje.

Las propuestas de trabajo intentaron estimular el ejercicio de los más diversos aspectos del complejo proceso de la creación literaria. Algunas se ciñeron al sentido más técnico del concepto ejercicio, es decir, el de probar una determinada técnica o un recurso expresivo. Pero otras muchas buscaron poner al participante en una circunstancia que le obligue a hacer un esfuerzo de imaginación, a ejercitar los sentidos y la intuición para resolver en la ficción situaciones paralelas a las de la vida real. Otras veces las propuestas de trabajo trataron de alentar la reflexión en torno a aspectos metaliterarios tales como las expectativas y la actitud con que cada uno se enfrenta a la escritura.Las propuestas de trabajo fueron adaptadas, según su complejidad, al nivel de cada participante.

Algunos de los temas que se trataron en el taller fueron los siguientes: sobre los mecanismos de la imaginación y las fuentes de inspiración: Búsqueda y elección de temas, Técnicas para desbloquear y entrenar la inventiva, El interrogatorio como técnica para explorar y expandir las posibilidades de una idea. La fotografía como fuente de inspiración, El periódico como proveedor de historias, La escritura automática, estrategias para producir textos colectivos sobre aspectos generales de la escritura literaria: Los puntos de vista del narrador, guía general de consejos prácticos y bibliografía de apoyo, introducción a la sintaxis literaria, ejercicios de estilo, los motivos literarios, el ritmo de la prosa, la adjetivación, técnicas de verosimilitud, el tono y la atmósfera, el diálogo, la construcción del personaje literario materiales que se profundizan en recursos puntuales de la escritura: La enumeración, la metáfora, la inversión y el monólogo interior. sobre aspectos específicos del cuento como género: La metáfora y el paralelismo como forma de enfocar la(s) historia(s) del relato, el relato hiperbreve, sobre técnicas y recursos para practicar géneros temáticos: La autobiografía y las literaturas del yo, el relato fantástico, el relato policial, el relato de ciencia ficción, el relato de terror, el relato de aventuras, el relato erótico, los mitos, el humor sobre aspectos relacionados con la percepción y la reflexión sobre el mundo: Las situaciones límite, el trabajo de los sentidos en la escritura literaria (gusto, tacto, vista, oído, olfato), las pasiones, los sentimientos y las emociones. El oficio de escritor, entrevistas a autores y romper las formas, la participación del cuerpo docente, entre otros: Guadalupe Jiménez Toledo, Bertha Meza Hernández, Susana Candanedo y Bernabé, Edith Tapia Hernández, Dulce María Tamborrel de Bordas, Rosa María Barradas González, María Irma Mendieta Cerón, María Raquel López Rubio, María Antonia Perdomo Zárate, Jerónimo Antonio Márquez Arvizu, Clotilde Suárez Escona, Margarita E. Torres Castro, Jorge Amaya Lagunas y Fanny Martínez Pensado fue sumamente valiosa; sus experiencias compartidas mucho màs, va nuestra felicitación, reiterándoles la invitación para que todos (por lo valioso de sus aportaciones) se conviertan en el primer cuerpo docente de escritotes en la entidad. Además de las propuestas de trabajar sobre el tema, se selló el compromiso de fundar en este espacio educativo un centro de información bibliográfico para los pobladores de este sector de la ciudad, principalmente para la comunidad escolar; que la Coordinación de Salas de lectura bajo nuestra responsabilidad apoyará, lo que nos compromete a continuar con estas propuestas.




La literatura es sin duda un arte para tomarse muy en serio pero también puede tener una dimensión de divertimento que autores como Julio Cortázar supieron reivindicar y ejercitar de forma maravillosa. Hemos dedicado mucho de nuestro tiempo a investigar y reunir decenas de ejemplos de las fronteras menos conocidas y más originales de la literatura. Compartí con mis compañeros, los que tienen la responsabilidad de instruir a las nuevas generaciones de esta ciudad capital que cuando uno hace lectura de calidad, aprende mucho del manejo de las palabras, las frases, los verbos, el sustantivo, el adjetivo, en si, formas de burilar con propiedad cualquier texto. La palabra escrita tiene normas más o menos comunes, no hay un distanciamiento radical entre la prosa y la poesía; por lo menos en cuanto al manejo y la disposición de una palabra dentro de la frase. Escritores como Alfonso Reyes y Martín Luis Guzmán, por citar a dos, son muy útiles enseñanzas para un poeta, porque el uso de la palabra en ellos es realmente extraordinario. De igual manera les dejé opiniones de algunos excelentes escritores, los que de una u otra manera han ido conformando y formando opinión valiosa y valedera, que servirá para proseguir en este camino, con un derrotero y estilo singular, ya que la opinión de muchos, nos hacen diferentes, he aquí lo tratado: Ali Chumacero se inició en la literatura leyendo poesía, en donde su sentimiento domina por encima de la inteligencia, tuvo influencias de Gabriela Mistral en la poesía y de Rosario Castellanos al principio, después forjó su propio criterio.


Emilio Carballido tuvo su primer contacto literario en su casa, su familia siempre ha estado ligado a las letras, era gente muy lectora. Benito Fontanes, su tío abuelo era muy severo en lo que se refiere alas formas literarias, lo que lo marcó para siempre. María Luisa Mendoza, mas conocida como “la China Mendoza” se inicia escribiendo sus diarios, los prodigiosos, llevada y traídos cursilones, diarios. “Un diario es siempre cursi, pero escrito por una mujer es aún más cursi” expresó. Sin embargo, cuando los relee, avergonzadísimo de la cursilería espeluznante de toda su adolescencia, veía en lo profundo de tal hojarasca la pasión por escribir, los diarios son deleznables, nada de ellos es recuperable, salvo el ejercicio mismo de la escritura. Por otra parte reconoce que aprendió a escribir leyendo. Si no se lee no se puede escribir, es inútil. La literatura es para ella una geografía real, el mapa de su destino, donde se desenvuelve mejor que en otro lugar; porque allí no envejece, no carece de belleza y es feliz, además es el universo de la imaginación. Con ella no le importa estar sola, no ir a un viaje o no recibir una presea, pero si no carecer de un libro o carecer la vista. Emmanuel Carballo expresa –con conocimiento de causa-, “un escritor se puede hacer un excelente periodista mientras que de un periodista difícilmente puede salir un buen escritor”, exclama (pensamiento que comparto y compartiré hasta el día que muera) que nunca ha doblado su osamenta para besar al poderoso ni recibe migajas del gobierno, iglesia o partidos políticos de oposición, muchos no se atreven por temor a sufrir, tuvo la audacia junto con otras consagrados de decir que eran los mejores, sin probarlo, pero si decirlo, cuestión que lo llevó a pertenecer –sin querer- a la mafia literaria, la que se ha reproducido en todos los ámbitos y lugares, a su descarga puede decirse que ellos no inventaron tal forma de ser sino que le heredaron desde el Conde de la Cortina, desde Carpio, desde los poetas católicos (Casimiro del Collado, Pimental) y de los liberales nucleados alrededor de Altamirano. Ellos también se creían los mejores y se atrevían a decir que después de España, México escribía el mejor español, y eso lo decía Altamirano que era un poco el Miguel Hidalgo de la literatura mexicana, que pretendía un nacionalismo que se quedaba en el paisaje.


Vicente leñero definió a la literatura como su vocación y pasión, ya que al tener dos alternativas en su existencia; los números (ya que es ingeniero) y las letras, se decidió por lo segundo, opción de vida donde sale de lo práctico y exacto para ir al encuentro de la fantasía, imaginación y libertad.


Carlos Monsivais autor de una decena de magníficos libros tiene un sentido del deber, una exigencia de no decir banalidades, que contradice o modifica o interrumpe el camino del placer, este último no tan intenso, no tan lúdico. En cambio Felipe Garrido excelente cuentista fue iniciado en las letras por sus padres, en parte como cuenteros y en parte como lectores. A los seis o siete años y hacia lecturas, sobre todo de poesía.
Luis Arturo Ramos, novelista veracruzano narró que primero se descubrió como lector y posteriormente, por imitación, se dedicó a escribir universos, creados en su mente, similar a los que leyó en su etapa inicial, es ampliamente apreciado en la entidad. Álvaro Mutis, expresa que su vida de escritor va asociada a una vida de lector. No podemos decir que se concluyó este esfuerzo, pero estos principios al lado de personas muy valiosas -como lo son los docentes veracruzanos- nos motivan a redoblar esfuerzos y ver un futuro halagüeño para nuestra progenie. ¡lo que bien vale la pena!. ¡Estamos!