Juarismo en declive ante el empuje del retrogradismo

AYER COMO HOY, LA INJUSTICIA ACECHA


Marco Antonio Figueroa Quinto



Es preocupante la recuperación de espacios privilegiados que ocupa actualmente el clero, pero mayor inquietud es la subordinación de los distintos poderes civiles ante los dirigentes de esta agrupación, para muestra basta solo hojear la reforma electoral para nuestra entidad, el Artículo 75 de la referida enmienda permite la postulación para cualquier cargo popular a los clérigos, lo que sin duda representa retroceso al avance que ha tenido el paìs, la ambición y la búsqueda del poder no tiene límites, pero peor se ven nuestros “aguerridos” legisladores, que a cambio de “un plato de lentejas” aprueban tal aberración, lo que indigna no solo a los liberales, sino a las corrientes progresistas del estado de Veracruz. El clero encargado de la justicia terrenal –al remontarnos a la historia del paìs- representa una de las etapas màs oscuras de la misma, donde se efectuaron las mayores injusticias y vejaciones en contra de los que nunca se sometieron a caprichos y malsanos deseos de ancestrales jueces, que surgidos del alto clero, manejaron la Santa Inquisición a su antojo (de la que hablaremos posteriormente), convirtiendo tal etapa en momentos de vergüenza y terror para el pueblo de Mèxico, lo que recordamos con desagrado y temor para que nunca màs se vuelva a repetir. Basta compartir una de las diversas vejaciones que tuvo que enfrentar “el Benemérito de las Amèricas” Lic. Benito Pablo Juárez Garcìa, y pese a que la Inquisición sobrevivió hasta el siglo XIX y Las cortes generales y extraordinarias que decretaron en España la abolición de la Inquisición, sesionaron el 8 de diciembre de 1812, y el decreto se pronunció en México en 1813, sin embargo quedó definitivamente abolida hasta 1820, segùn unos autores y para otros el 15 de Julio de 1834, pero ejerciendo a pesar de todo; férreo poder, además teniendo la atenuante que nuestro personaje era conocido como un docto del derecho, se ejerció sobre èl, el peso enorme de la imposición y mal uso del poder, veamos lo que nos narra en sus “Apuntes para mis hijos” de los Libros del Rincón, edición 2004, en donde los actualmente redimidos “representantes de Dios en la Tierra” -pueden ser elegibles para cualquier cargo de elección popular-, hacían y deshacían, convirtiéndose en señores de horca y cuchillo. Veamos pues una de sus tantas experiencias desagradables que lo hicieron reflexionar sobre el poder en manos del clero, que diò por resultado la etapa de La Reforma: “Sin haber cometido ningún delito, y sòlo por haberse quejado de las vejaciones de un cura. implacable este en sus venganzas, como lo son generalmente los sectarios de alguna religión, no se conformó con los triunfos que obtuvo en los tribunales sino que quiso perseguirme y humillarme de un modo directo y para conseguirlo hizo firmar al juez Feraud un exhorto, que remitió al juez de la capital, para que procediese a mi aprehensión y me remitiese con segura custodia al pueblo de Miahuatlàn, expresando por única causa de este procedimiento que estaba yo en el pueblo de Losicha donde jamás había ido. El juez de la capital, que obraba también de acuerdo con el cura, no obstante de que el exhorto no estaba requisitazo conforme a las leyes, pasó a mi casa a la medianoche y me condujo a la cárcel sin darme màs razón que la que tenia orden de mandarme preso a Miahuatlàn. También fue conducido a la prisión el licenciado don José Inés Sandoval, a quien los presos habían solicitado para que los defendiese.
Era tan notoria la falsedad del delito que se me imputaba y tan clara la injusticia que se ejercía contra mi, que creía como cosa segura que el Tribunal Superior, a quien ocurrí quejándome de tan infame tropelía, me mandara inmediatamente poner en libertad: pero me equivoqué, pues hasta al cabo de nueve días se me excarcelo bajo de fianza, y jamás se dio curso a mis quejas y acusaciones contra los jueces que me habían atropellado.
Estos golpes que sufrí y que veía sufrir casi diariamente todos los desvalidos que se quejaban contra las arbitrariedades de las clases privilegiadas en consorcio con la autoridad civil, me demostraron de bulto que la sociedad jamás seria feliz con la existencia de aquéllas y de su alianza con los poderes públicos y me afirmaron en mi propósito de trabajar constantemente para destruir el poder funesto de las clases privilegiadas. Así lo hice en la parte que pude y asì lo haría el partido liberal, pero por desgracia de la humanidad el remedio que entonces se procuraba aplicar no curaba el mal de raíz, pues aunque repetidas veces se lograba derrocar la administración retrógrada reemplazándola con otra liberal, el cambio era sòlo temporal.” Hasta aquì corto la narrativa, donde nos muestra serie de injusticias e imposiciones, las que seguramente se verán muy pronto en nuestro querido, pero sufrido paìs, ya que la reforma electoral veracruzana en el referido artículo, pronto será copiada en el ámbito nacional por lo “avanzado” de sus fundamentos, lo que representa no solo el agravio màs grande que se le puede hacer (en los festejos del Bicentenario) a la memoria del ilustre patriota nacido en Guelatao, Oaxaca, sino un insulto a la inteligencia de los hombres con dignidad y decoro, los que nunca venderían, ni traicionarían sus ideales por reprochables ínsulas de poder, apoyos económicos(las mejorías a tal precio a la larga son detestadas por el pueblo, como ejemplo de ello esta el porfiriato) o respaldo presidencial, lo que denigra a la clase política y la calidad humana.¡Estamos! alodi_13@hotmail.com