PROFESIONAL ÉTICO O PROFESIONAL POLÍTICO

Por Marco Antonio Figueroa Quinto

* Quizá muchos confunden lealtad con el concepto complicidad ¡Un absurdo!
* La Sección 32 del SNTE tiene nuevo secretario general ¿Más de lo mismo?
 * Acepto equivocación, más de mil delegados traicionaron a sus bases ¿Miedo?

 Sin duda que no siempre los profesionales políticos actúan de acuerdo a sus convicciones,   sometiéndose lamentablemente a las decisiones de la cúpula en el poder, lo anterior quedó demostrado en la elección del nuevo secretario general de la sección 32, donde quizá confundiendo lealtad con complicidad unánimemente se nombró al hijo del líder vitalicio, Profr. Juan Nicolás Callejas Arroyo, siendo desde ya, su hijo el nuevo secretario general, sin haber tenido un opositor; nadie que le hiciera frente ¡Increíble pero cierto! En mis anteriores análisis pronosticaba –lo que es bueno para la democracia y transparencia- que en esta ocasión muchos delegados llevaban la “convicción” de actuar con madurez y dignidad, cuestión que no sucedió y como todos los cínicos, acomodaticios, sometidos  e hipócritas, justificarán su docilidad en base a una supuesta unidad. Se desde hace muchos ayeres que para hacer cosas nuevas debemos cambiar todo lo que cotidianamente hacemos,  y que un profesional político actúa de acuerdo a sus intereses, pero un profesional ético es aquél que hace el bien en su profesión haciendo bien su profesión. De estos últimos hablaré, porque de los primeros ya veo, que no tienen remedio ¡Que con su pan, se lo coman! Pues bien, no hay nada más moralizador que cada cual haga bien lo que tiene que hacer, lleve a cabo cada actividad procurando realizar el bien al que esa actividad está intrínsecamente orientada. Toda ética profesional tiene su núcleo inspirador y su aliciente máximo en los bienes intrínsecos que se propone realizar. Es algo tan obvio como, en ocasiones, olvidado. Spencer dejó escrito un libro sobre el Origen de las profesiones en clave evolucionista. En él se presenta el nacimiento de las diferentes profesiones como un paso evolutivo en el crecimiento de la vida. El médico que cura enfermedades y alivia dolores, aumenta la vida. El historiador y el hombre de letras elevan el estado mental del hombre. A su manera también aumentan la vida el legislador y el abogado. "El profesor, tanto por la instrucción que suministra como por la disciplina que impone, hace a sus alumnos capaces de adaptarse a cualquier ocupación de un modo más efectivo y obtener provechos para su subsistencia, y aumenta la vida." Los poetas y actores, pintores, escultores y arquitectos aumentan la vida proporcionando belleza y sentido. Intentemos decir, pues, cuál es la contribución principal de los profesores y maestros al aumento de la vida.  El principio de beneficencia decía Platón que ningún "arte" se ejerce para el bien del que lo ejerce. La mercantilización actual de las profesiones y el psicologismo individualista con que hablamos de las motivaciones desmienten de mil maneras esta afirmación, si la entendemos como constatación empírica de los motivos subjetivos dominantes por los que se elige y se ejerce una profesión. En cambio si la entendemos como formulación de lo que institucionalmente se espera que sea el ejercicio de una profesión, entonces sigue siendo válida: enuncia las razones que dan legitimidad en el espacio público a las diferentes actividades con su funcionalidad social. El ejercicio éticamente responsable de la función docente lleva consigo al menos estos deberes y responsabilidades: ante todo enseñar, entendiendo la enseñanza como ayudar a aprender. Enseñar presupone saber, haber aprendido lo que enseña y estar al día en la materia que enseña, de la que es profesor. García Morente comenta al respecto que el docente no tiene que saber mucho, pero lo que sabe tiene que saberlo bien, con saber auténtico, con saber pensado, con ese saber que consiste en la evidencia íntima, en la luz mental ante la cual todo resulta llano y claro. Lo contrario al saber es la ignorancia. No hay que insistir en la incapacidad de enseñar que tiene quien no sabe lo que tiene que enseñar. Todo docente debe enseñar lo que tiene que enseñar; dentro de los límites que le están señalados. Pues está demostrado que no todos los docentes predican con el ejemplo, pues hablamos de valores y eso es de lo que muchos carecen, lo que no debería de ser, pero sucede ¿O no? ¡Estamos! alodi_13@hotmail.com