VIACRUCIS DEL “ECOLOGISTA UNIVERSAL” ¡SI A LA VIDA, NO A “LAGUNA VERDE”! EN PUERTA

Por Marco Antonio Figueroa Quinto




* El secretario de Energía, José Antonio Meade, junto con el gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, y los directores generales de la Comisión Federal de Electricidad, Alfredo Elías Ayub y Antonio Vivanco, realizaron un recorrido por la planta nuclear de Laguna Verde para constatar su operación y mecanismos de seguridad y como todo aquí en Veracruz ¡No pasa nada! *No sólo fue el quinto terremoto más fuerte en el planeta y la catástrofe natural más devastadora después de 140 años en Japón. Podría ser además la primera tragedia nuclear más devastadora de la historia. Las tres explosiones que se generaron en la central nuclear Fukushima I, al norte de Japón, mantienen en vilo a la población nipona y a todos.

Una de las luchas más incomprendidas por el pueblo veracruzano es la emprendida hace más de tres décadas por un grupo de personas preocupadas por la salud y vida de la flora y fauna de gran parte del territorio mexicano, ciudadanos conscientes del grave peligro que representa la Central Nuclear de “Laguna Verde”, lucha que se remonta a los orígenes de su construcción en 1972. En ese año, los promotores de la energía nuclear planearon la construcción de una planta que tendría como objetivo producir electricidad. Sin embargo, debido a varios retrasos, la central no estuvo lista hasta el 20 de junio de 1988, donde la Comisión Federal de Electricidad y la empresa General Electric anunciaron el inicio de las pruebas finales de la planta. Información publicada en diversos periódicos daba cuenta de las fallas de origen de la planta, lo que motivó el surgimiento de un enigmático personaje, el luchador social conocido como “El Ecologista Universal” quien desde esa ocasión hasta la fecha; se ha convertido en un icono de la oposición férrea en contra de dicha planta nuclear, lo que ha permitido a muchos grupos ecologistas y ambientalistas abanderar su causa, entre otras la Alianza de Organizaciones Democráticas Independientes (ALODI) con la bandera simple pero vital: El Viacrucis ¡ Si a la vida, no a Laguna Verde! Marcha que en ocasiones –debido al compromiso e ideales en cuestión- llega a los límites de la heroicidad, travesía en que nuestros personajes han visto afectada su salud; por el titánico esfuerzo, seguridad y vida por amenazas de funcionarios de empresas involucradas y gobernantes irracionales, pero lo más doloroso; la incomprensión de las mayorías. De todos es conocido que en 1990 comenzó a funcionar el primer reactor nuclear de Laguna Verde; cinco años después se puso en marcha el segundo. Algo que los opositores argumentan es que desde su inauguración, la central nuclear se ha caracterizado por esconder información e ignorar el descontento de la población y las organizaciones no gubernamentales que ponen en duda su buen funcionamiento. Estos grupos ambientalista y ecologista amparados por los informes de campo de la World Association of Nuclear Operators (WANO) sugieren que Laguna Verde no está simplemente empantanada, sino profundamente encaminada hacia una falla institucional”. La falla institucional, explica John Large, causó los accidentes nucleares de Windscale (1957), la Isla de Tres Millas (1979) y Chernobyl (1986). Vladimir Chernousenco, director del Laboratorio de Física No Lineal de la Academia de Ciencias de Ucrania, encargado de los trabajos de limpieza después de la catástrofe en Chernobyl, de 1971 a 1986 se registraron 156 accidentes de centrales nucleoeléctricas en 12 países del mundo Los promotores del uso de la energía nuclear para la generación de electricidad minimizan los riesgos. Poco hablan sobre posibles accidentes y sobre la carencia de una opción para almacenaje de los desechos radioactivos que produce este tipo de energía. Por otra parte, el accidente de Chernobyl, ocurrido en 1986, fue la muestra más cruel de que no se trata de una energía segura. Mientras que el problema de los desechos radioactivos es bastante preocupante ya que no existe ninguna manera en que puedan ser eliminados, gobiernos y compañías se dedican a buscar “lugares adecuados” para confinarlos. Uno de las primeras alertas sobre los riesgos del uso de la energía nuclear se presentó en Windscale, Reino Unido, en 1957. Un falla en el reactor de la planta provocó un incendio en el que fueron emitidos al medio ambiente gases radioactivos. Como resultado, durante 44 días se prohibió la distribución de leche en un radio de 3 millas. En Estados Unidos, el 28 de marzo de 1979, uno de los reactores de la central nuclear ubicada en la Isla de Tres Millas, en el río Susquehanna, Pensilvania, sufrió una fusión parcial, a causa de una falla mecánica y un error humano. El accidente provocó que gas radioactivo se liberara a la atmósfera. El mayor accidente de la historia nuclear sucedió la noche del 26 de abril de 1986. El reactor número 4 de la central nuclear de Chernobyl protagonizó una catástrofe cuyas consecuencias aún afectan a la población y el medio ambiente. El accidente en Chernobyl fue producido por fallas en los sistemas de control en el reactor y la ineficaz actuación de los operadores ante la emergencia. Las dos explosiones que se presentaron liberaron al ambiente cerca de ocho toneladas de combustible radioactivo. Las brigadas especializadas y los bomberos trataron de sofocar los incendios y neutralizar las fugas radioactivas. Por lo menos, 30 personas fallecieron en el momento por exposición radial. Países como Alemania, Japón y España habían –y con razón- comenzado a cerrar sus plantas nucleares y a explorar el uso de energías renovables. México, contrario a las tendencias mundiales, a comenzado a impulsar el uso de la energía nuclear, pese a ser cara, peligrosa y contaminante. En los últimos meses, funcionarios de la Secretaría de Energía y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) han declarado sus intenciones de promover la construcción de más plantas nucleares en suelo mexicano, pese a los cuestionamientos que pesan sobre el funcionamiento de Laguna Verde, la única central nucleoeléctrica que existe en el país. Deseamos de corazón que nada pase al respecto, pero tenemos la seguridad que los desechos radiactivos que se almacenan en esa planta, son una bomba de tiempo que algún día nos alcanzarán, ya que la necesidad de autoridades y funcionarios creen que dicha planta y en lo particular la energía atómica no afecta los organismos vivos; lo que está demostrado que si, así como los diversos indicios que durante años hemos vislumbrados, pero la cerrazón y oscurantismo ignoran tales datos, los que son alarmantes y perjudiciales. ¡No a Laguna Verde, si a la vida! ¡Estamos!! alodi_13@hotmail.com