ACOSO SEXUAL; LAMENTABLE REALIDAD

Por Marco Antonio Figueroa Quinto


* No importan presiones que sean sometidas las damas, la dignidad debe de imperar
* Ponderamos intervención de la Dra. Edda Arrez Rebolledo, exhortándola a no claudicar


Llegó al hospital del ISSSTE con signos de hastío, intranquilidad e intento de aborto; era una empleada del IPAX que había sucumbido (como muchas otras por temor y necesidad, pero que callaron en su momento) a los requerimientos y exigencias sexuales de un alto mando de tal institución. Lo anterior sucedió hace tres años, la dama en cuestión tuvo que ser atendida por los médicos, trabajadoras sociales y psicólogas de la institución, dándole aviso a sus padres y ellos un tanto decepcionados atendieron el llamado a medias; el padre nunca se presentó a la clínica, como siempre la madre apoyando sin reservas a los hijos en estos trances, pero con la presión del marido tuvo que dejar sola a la susodicha, una ocasión al compartir una de sus crisis sin que nadie de su familia estuviese a su lado comentaba la podredumbre humana que existía en tal instituto, las constantes vejaciones a las que son sometidas y el terror a que fueron muchas veces inducidas, convirtiéndose en algo peor que una meretriz, ya que poco a poco la convertían en un simple objeto de placer; por ello no deseaba tener al hijo. Salió de la crisis, fue dada de alta y considero que regresó a su infierno, no sin antes volver y llevarle un presente a mi hija, quien la convenció de conservar esa vida que llevaba en su vientre, pues a mi niña la vida se le escapaba y estaba viviendo sus últimos momentos ¡Ironías de la vida! Con la denuncia valerosa de Olga Ramírez, contando con el apoyo de la Dra. Edda Arrez Rebolledo, directora del Instituto Veracruzano de la Mujer se destapa la cloaca de la institución que debería de cumplir el servicio que pregonan: “En el IPAX trabajamos todos los días para brindar un mejor servicio que garantice la seguridad de su negocio y su familia las 24 horas, los 365 días del año de manera oportuna, calificada y confiable”, y que parece que muchos de sus integrantes equivocaron su misión. Lo que las autoridades deberían de hacer de una vez, revisión a fondo de toda la inmundicia que aún queda, que no le tiemblen las piernas al gobernador de los veracruzanos para investigar todo el daño que se les hizo a muchas mujeres (no cabe duda que siguen siendo el blanco fácil de cobardes, descastados y paridos huérfanos, que al ponerse un uniforme se sienten feudales de horca y cuchillo ¡Estúpidos!), hay antecedentes de denuncias que fueron dadas a conocer en su tiempo y nada paso, así pueden consultar la información en internet y se darán cuenta de anomalías, donde el nombre del Comandante Aquino es reiterativo, y de lacra y otros adjetivos nocivos no lo bajan, así mismo el 14 de mayo del 2010 una dama tuvo el valor civil de quejarse con el comisionado del acoso sexual de un comandante y no pasó nada, no cabe duda que la complicidad se daba en las altas esferas de tal agrupación, lo que es inconcebible. Se calcula que tres de cada 25 denuncias que se reciben son de acoso sexual. Aunque en muy pocas partes del entorno existen estadísticas comparativas, indicios disponibles que permiten considerar que el acoso y la violencia sexual contra infantes, adolescentes y mujeres, va en aumento en estos convulsos inicios de este siglo XXI. A los padecimientos ya identificados de las mujeres que han comenzado a "romper el silencio" y dar cuenta de los abusos de que son víctimas en el ámbito doméstico, en la cama cuando sus propios esposos las violan, y en el trabajo, se añaden evidencias de que cada vez son más las jóvenes y mayor el número de niñas y niños que registran estas amargas experiencias. Denuncias de las cuales por lo menos tres dan cuenta de acosos sexuales, en que los implicados adultos suelen ser varones. Pero para los menores y sus padres, descorrer el entramado de estos hechos y conseguir decisiones judiciales suele tomar alrededor de tres años y nunca es seguro que se arribe a conclusiones porque al ir en busca de la verdad, desgraciadamente no existen pruebas suficientes, parece existir una cierta carga de cinismo, lo cierto es que las decisiones no son fáciles. No obstante, a la luz de la ética, casi todo el mundo sabe que en un altísimo porcentaje de los casos de acoso sexual. Los casos de las mujeres trabajadoras son todavía peores porque también en el hogar se ofrece una cierta resistencia a manchar su reputación, encontrando muchas veces el rechazo de sus familiares y lo más grave, la acusación del esposo, adjudicándole a ella, la problemática que pueda enfrentar. Pero si un hecho de esta naturaleza se hace del conocimiento público muchas veces la mujer estará sola, incluyendo en esta soledad a sus seres queridos. ¡Triste pero cierto! Las más amenazadas entre las acosadas son las niñas que se desempeñan en el servicio doméstico en el cual, además del bajo estatus social y la ínfima remuneración que obtienen, este tipo de empleo las coloca en condiciones altas de riesgos físicos, emocionales y sexuales. A pesar de que cualquier observador diría que la sociedad veracruzana es moralista y asentada sobre valores familiares sólidos, todo parece indicar que subyace una violencia subterránea, agravada a todas luces por la crisis económica que padece el país donde los valores de la canasta familiar se han incrementado, de un año a otro en más de un 30 por ciento mientras que la devaluación de nuestra vida no se detiene. En verdad es repugnante que haya “hombres” que abusando del poder que les da la responsabilidad pública acosen a las mujeres -creo que ninguno de ellos desearía tal suplicio para su madre (si es que algún día tuvo) o hija (aunque hay algunos que las ofrecen en el ámbito político)-. Esperemos que la valentía de unas, animen a otras para detener a tanto canalla o malnacido que se escuda en el poder para “poder”, lo que no se vale ¿O sí? ¡Estamos! alodi_13@hotmail.com