EL SOL, ASTRO QUE RIGE VIDAS Y PLANETAS

Marco Antonio Figueroa Quinto

"Los dones que provienen de la justicia son superiores a los que se originan en la caridad." Khalil Gibrán


Cansado de escribir sobre temas muchas veces molestos, ofensivos y lastimosos para nuestra vista, humor, perspectiva y posiblemente para la vista, humor y perspectiva de las mayorías, que cansados de leer lo fatuo, pedante, malvado, egoísta y llenos de soberbia que son nuestras autoridades y gobernantes, los que tratan de ocultar con desplantes demagógicos de apoyos, preocupación y atenciones a los explotados de siempre; que no refleja más que la ambición por escalar a nuevos y deslumbrantes puestos ¡Su ambición no tiene límites! trataremos de rendir un sincero pero humilde homenaje a un auténtico astro, el que no solo genera la vida conocida, sino que rige el destino de los planetas que giran a su alrededor y forma parte del universo por todos enunciado pero poco conocido. Hago un viaje imaginario al pasado remoto, donde hace su aparición el hombre sobre la faz de la tierra, aproximadamente hace un millón de años, y trato de sentir las sensaciones que un ser con esas potencialidades y limitaciones pudo en su momento sentir respecto a este organismo vivo, seguramente la primera impresión haya sido de miedo, pánico y terror, el que fue aminorando a través del tiempo al convivir espacios de manera cotidiana con él, lo que luego fue motivo de reconocimiento y adoración, ya que en todas las culturas nuestro astro ha sido, lo que siempre es: el rey. En el devenir de la historia del hombre nuestro astro rey ha tenido una importancia superlativa, ya los egipcios lo habían colocado en el pedestal de su principal dios, lo mismo pasó en las culturas asiáticas (En ciertos rituales de la India el sol era representado por una rueda, o plato de oro o una piel blanca redonda. En el festival del solsticio de invierno (Mahavrata) había una lucha por la piel entre un Ario y un Sudra, quien tenía que entregarla. Un sacerdote sentado en un columpio, de cara al Este, medía con su mano la pequeña distancia entre su asiento y el suelo. Entre otros mantras y acciones rituales le susurraba al asiento del columpio “tú eres el sol”! El columpio claramente simbolizaba al sol en su cambio estacional y declinación, y esta medición indicaba que había alcanzado su punto más bajo), europeas (La evidencia más palpable y antigua viene de Escandinavia, de esas rocas de la Edad de Bronce con dibujos encontradas especialmente en Suecia occidental pero también en partes de Noruega y Dinamarca. Algunas de estas muestran un gran disco solar siendo situado en su lugar, siendo elevado por hombres, adorado, montado sobre dos ruedas y tirado por un caballo o un par de caballos, o transportado en un barco. Uno tiene la impresión de ritos en los cuales el emblema del Sol era llevado en procesión o en un viaje simbólico. El dios solar Trundholin quizás pertenezca a este contexto.) y americanas, donde el culto al sol, rebasó todo lo imaginado, y no estaban errados nuestros antepasados, pues el sol merece eso y más. A una distancia de 49 000 000 kilómetros de nuestro planeta se haya el Sol, que tiene un diámetro de 1.392.447 Km., aunque científicos y astrónomos opinan que el volumen de este cuerpo celeste puede haber disminuido durante los últimos siglos, dicho volumen es 1.300.000 veces mayor que el de la Tierra. Él solo pesa 700 veces más que todos los planetas reunidos y su peso es de 5975 000 000 000 000 000 000 toneladas.¡Inimaginable! ¿Verdad? La fuerza de atracción del Sol es 27 veces mayor que la fuerza de la Tierra. Su temperatura periférica se estima en 6.100º aprox. y la temperatura de su interior es de 25.000.000º o más. La luminosidad enviada por el Sol, cuando llega a las capas altas de nuestra atmósfera, equivale a 134.000 LUX y en la superficie del Sol equivale a 240.000 velas por centímetro cuadrado. Una de las cosas más espectaculares que observamos sobre el Sol, son las llamadas “manchas solares”. Éstas son porciones negras de fotosferas cuyo número, forma y dimensión, varían según las diferentes épocas. Algunas tienen solamente una amplitud de pocos cientos de Km., mientras que otras tienen un diámetro muchas veces superior al de la Tierra. El estudio de las manchas solares es de suma importancia para nuestro planeta y su aparición tiene una estrecha relación con las auroras boreales, las desviaciones de la aguja magnética, los grandes movimientos de la costra terrestre, las erupciones volcánicas, terremotos, tempestades magnéticas y con las desorganizaciones electrostáticas que suceden en nuestro planeta. Los festivales solares tienen por lo general una naturaleza que se ajusta al calendario, celebrando fechas significativas tales como el primer día de la primavera o del verano, o el día más corto o largo. Están caracterizados por actividades que en cierta medida imitan la conducta del Sol. Se despliegan los símbolos solares, se encienden fuegos en la cima de las colinas, se dejan caer rodando redas por las pendientes, etc. Ceremonias y ritos que en todas las culturas contemporáneas se efectúan, así festejamos los solsticios y equinoccios, y en verdad al estar realizando tales honores a nuestro astro rey, siento que estamos haciendo un acto de justicia al cuerpo celeste que nos acerca a Alfa y Omega. ¡Estamos! alodi_13@hotmail.com