EXPERIENCIA EDUCATIVA EXITOSA, EJEMPLO NO PONDERADO
Marco Antonio Figueroa Quinto
Marco Antonio Figueroa Quinto
Pese a los resultados recién publicados de un estudio internacional realizado en 2006 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que ubican a los estudiantes finlandeses por encima de otros 40 países que fueron evaluados en lectura y ciencias, y muy arriba del alumno medio de las naciones aliadas a la OCDE, aquí en nuestro país se efectúan acciones ajenas y muy diferentes a las que muestra tal país. La referida Alianza por la Educación ideada por el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, apoyado por la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) Elba Esther Gordillo y respaldado por el “ingenuo” gobierno veracruzano, están convirtiendo al gremio magisterial en un caldo de cultivo que puede arrojar funestas consecuencias, a menos; que éstos pretendan seguir viviendo de rodillas, a cambio de prebendas y privilegios para pseudo líderes que nada hacen –ni harán- por mejorar las condiciones de vida de este vapuleado gremio, total, como diputados y autoridades no resienten alza de precios en la canasta básica, el paupérrimo salario que se ha establecido y la supresión de derechos sobre la sucesión de la plaza. ¡Lo que enardece hasta a los más templados! El examen aplicado, conocido como PISA, también mostró superioridad de los finlandeses en matemáticas. Más de un cuarto de millón de estudiantes de todo el orbe contestaron esta prueba. Tales resultados han servido para que muchos nos demos cuenta de la realidad educativa del país, datos que muchos estudiosos ponen a la consideración de los operadores del sistema, para ponderar aciertos y evitar las fallas. Si bien es cierto que México esta en niveles bajos, no podemos negar que los factores de dicho atraso no es solo de los operadores de los programas gubernamentales, sino principalmente de la rigidez que muchas autoridades: directores, supervisores, inspectores, jefes de sector y otros directivos, para justificar éxito administrativo, robotizan las experiencias, atacando todo aquello que escapa a su comprensión, nulificando creatividad, audacia e innovación, lo que convierte a esta burocracia en lastre, sino veamos como operan en el desarrollado país nórdico, donde se festeja que estos niños son pioneros del experimento educativo más exitoso del mundo. Las escuelas finlandesas no solo obtuvieron el primer lugar en excelencia académica, sino también en la educación de alumnos menos dotados y en la reducción de diferencias de rendimiento entre niños y niñas. En pocas palabras, las escuelas finlandesas no dejan que ningún niño se rezague. Los resultados del examen PISA muestran que un sistema educativo puede combinar exitosamente alta calidad con igualdad", dice el informe. ¿Qué están haciendo bien los finlandeses? La razón de sus logros no es de derroche de dinero: el gasto de Finlandia en educación primaria y secundaria es un poco mayor al promedio europeo, pero menor al de algunos de sus vecinos nórdicos. Finlandia tampoco ha recurrido a las panaceas recomendadas por educadores de otros países, como evaluaciones exhaustivas, cargas de trabajo más pesadas ¡Están oyendo……! rescate de métodos de enseñanza del pasado o aplicación de medidas disciplinarias más estrictas ¡Insensatez! Los niños finlandeses empiezan su educación escolar a mayor edad (siete años) que los chicos de otros países, casi todos en escuelas públicas, y en promedio dedican unas 30 horas a la semana al trabajo escolar, incluidas las tareas en casa. Esto contrasta con las 50 horas a la semana que dedican los estudiantes coreanos, cuyo desempeño en el examen PISA fue un poco inferior al de los finlandeses. Los problemas que agobian a las escuelas en muchos países son relativamente raros en Finlandia. Aunque el hostigamiento entre condiscípulos, el consumo de drogas y la falta de respeto a los maestros existen, se procura resolverlos lo antes posible. El ausentismo tampoco es común: de alrededor de 62000 jóvenes que cada año terminan la enseñanza media, sólo unos 1000 abandonan la escuela, y la mitad de estos tarde o temprano reanuda sus estudios. Finlandia disfruta de algunas ventajas: en comparación de otros países tiene pocos inmigrantes que batallen con problemas de idioma y adaptación cultural. Además, el cultivo de la palabra hablada y escrita es una tradición finlandesa ¡Aquí les hacemos un sacudimiento a muchos docentes que creen que es pérdida de tiempo, el motivar a los jóvenes en estas disciplinas! Durante los siglos de gobierno sueco y ruso, leer y escribir en finlandés era símbolo de nacionalismo y motivo de orgullo. Sin embargo, hasta mediados de los años 70 Finlandia no era modelo de innovación escolar. Como en muchos otros países europeos, a los educandos finlandeses se les hacía un examen a los 10 años de edad a fin de encaminarlos por "vías" académicas o vocacionales separadas. Esto determinaba prácticamente el resto de su vida, pues una vez encarrilados en una vía, era casi imposible cambiar a otra. Para que Finlandia pudiera competir con éxito en la cambiante economía mundial -decían los críticos-, tenía que reformar su sistema educativo. "En la sociedad basada en el conocimiento es mucho más fácil readiestrar para las nuevas profesiones a una población bien instruida", expresa Leo Pahkin, asesor del Consejo Nacional de Educación de Finlandia. A finales de los años 70 los educadores empezaron a adoptar un sistema "centrado en el alumno" que daba más poder a los maestros y más atención a las necesidades individuales de los estudiantes (lo que parecería un absurdo en nuestro sistema educativo nacional). En primer lugar se abolió el examen que se hacía a los niños a los 10 años y se permitió que siguieran juntos en las mismas escuelas hasta que cumplían 16. Luego, en los años 80, se combinó en el mismo salón de clase a alumnos de todos los niveles de capacidad. Por último, en 1994, se descentralizó radicalmente la administración escolar, y se dio a escuelas y maestros la libertad de establecer sus prioridades de enseñanza –aquí pondrían el grito al cielo muchos maestros conservadores y tradicionalistas, que creen que seguimos en el pasado ¡Pobres! Las referidas reformas en la educación básica atentan contra la dignidad, equidad (tan ponderada en esta, dizque reforma), y superación de los docentes, pues es aberrante manejar productividad en un mosaico múltiple de escuelas y alumnos, lo que seguiremos tratando en siguiente colaboración. Por hoy solo decimos que no solo están errados estos expertos en educación sino herrados. Los finlandeses atribuyen este éxito educativo a varios factores, entre otros vamos a enumerar alguno de ellos, haciendo los comentarios pertinentes: Los maestros se encuentran entre los mejores capacitados del mundo(ahora en nuestra vapuleada nación con la reiterada Alianza por la Educación, los grados académicos como factor de evaluación al magisterio valen para las autoridades cero ¡Increíble pero cierto!). Aunque los sueldos de los maestros no son exorbitantes entre 2400 y 4800 dólares al mes, dependiendo de la experiencia (lo doble y triple de lo que se las gratifica a la mayoría en México), la profesión goza de gran prestigio (aquí cualquier comentarista televisivo cuasi analfabeta, puede emprender seria campaña de desprestigio contra el gremio). Las universidades aceptan solo a uno de cada siete solicitantes de puestos docentes, rigor selectivo aún mayor que el aplicado a abogados y médicos (lo que debe de ser, ya que la actividad docente es la más delicada encomendada a un ser humano, y la que mayor trascendencia y efectos tiene en la sociedad). A los maestros incompetentes se les llega a despedir, pero esto casi nunca sucede (Aquí en este país tercermundista se les premia con un ascenso, y mejor ahí hacen menos daño). "Esta profesión es tan difícil, que consideramos apto para ejercerla a cualquiera que termina la carrera docente", dice "Ritta Sarras, asesora del Sindicato de Educadores, que representa a los maestros finlandeses (En nuestro país es una profesión tan fácil, que cualquier hijo de vecina, emparentado con los hombres y mujeres del poder ejercen dicha actividad con bombos y platillos, maquilándolos como excelentes e importantes pedagogos). Así mismo los maestros disfrutan de un alto grado de autonomía. Los profesores tienen libertad de usar los métodos de enseñanza que prefieran (últimamente en la operatividad mexicana muchos hemos empujado y con argumentos contundentes se permite entre los profesores mexicanos adecuaciones), elaborar los planes de estudio para sus grupos de alumnos y elegir los libros de texto para los cursos (o no utilizar ninguno). Lo anterior no solo sería un desacato a las autoridades que se creen una casta divina, sino que atentaría contra nuestra Constitución Mexicana. Una vez que se contrata a los maestros, no se les somete a inspecciones ni a evaluaciones periódicas. Richard Cousins, inmigrante inglés que lleva más de 10 años enseñando matemáticas en Finlandia, expresa: "En Gran Bretaña se lleva un registro exagerado del trabajo de los maestros. Aquí, el sistema confía en uno" En México y debido a la ociosidad de mandos medios, se busca y se encuentra fallas en la práctica docentes, siempre y cuando no se sometan a sus absurdas órdenes. No se usan formas estandarizadas de evaluación. Los críticos finlandeses afirman que los exámenes generan inútiles presiones de tiempo y constituyen un castigo para los alumnos que quieren aprender a su manera. "En muchos países se cree que el aprendizaje mejora con la aplicación frecuente de exámenes", dice Sarras. "Nosotros creemos lo contrario: la evaluación excesiva lleva a los maestros a enseñar para los exámenes, y muchos aspectos del aprendizaje no pueden evaluarse así". A los 18 años, los estudiantes si deben presentar un examen para entrar a la universidad. Casi dos tercios de los finlandeses cursan estudios superiores: una proporción muy alta de acuerdo con los parámetros internacionales. Se enseña a los estudiantes a autoevaluarse. "Adiestramos a los niños desde el nivel preescolar para que se autoevalúen"; dice Kimmo Sundstrom, el director de la escuela Poikkilakso. "Esto los ayuda a hacerse responsables del trabajo que realizan, y cuando asumen la responsabilidad trabajan con más libertad. El maestro no tiene que supervisarlos todo el tiempo": Muchas escuelas primarias entregan a los niños un formulario de autoevaluación semanal que incluye frases como "terminé mi trabajo"; "recordé pedir permiso para hablar", etcétera. Al final de cada frase hay una línea que tiene una carita sonriente en un extremo y una triste en el otro, y los alumnos se califican tachando una de las dos. El maestro anota luego si está de acuerdo o no con la calificación. En secundaria y bachillerato las autoevaluaciones suelen hacerse por escrito, y se realiza una evaluación más exhaustiva al final del año escolar. "Esto obliga a uno a pensar en lo que no hizo bien en el año y en lo que debe lograr en el siguiente", dice Tuomas Siltala, de 18 años, quien terminó el bachillerato en mayo de 2005 y ahora estudia leyes en la universidad. "Uno aprende lo que puede hacer. No tiene caso engañarse" A esto diré: Lo que hay que ver para aprender. De igual manera se fomenta en los estudiantes el trabajo independiente. "Procuramos que los alumnos busquen información por su cuenta, y no sólo en los libros de texto"; señala Kirsti Santaholma, quien desde 1982 enseña francés en la Escuela Itakeskus, en un suburbio de Helsinki. "Así aprenden mejor". "Los profesores casi nunca dan la clase", dice Tuomas Siltala. "Si uno se limita a escribir lo que los maestros dicen, no aprende nada. Es mejor que uno piense con la cabeza”: El ambiente escolar es flexible y tolerante. En las escuelas finlandesas no se obliga a los alumnos a llegar antes de que empiecen las clases, y no hay toques de campana que marquen el principio y el final de cada clase. "El exceso de autoridad genera resentimiento", dice Richard Cousins, quien enseña en la Escuela Secundaria de Kulosaari, otro suburbio de Helsinki. "Aquí los chicos son responsables y respetuosos porque les damos la libertad de venir. No vienen solo porque se les ordena". Mañana concluiremos con este tema. En las escuelas finlandesas no se obliga a los alumnos a llegar antes de que empiecen las clases, y no hay toques de campana que marquen el principio y el final de cada clase. "El exceso de autoridad genera resentimiento", dice Richard Cousins, quien enseña en la Escuela Secundaria de Kulosaari, otro suburbio de Helsinki. "Aquí los chicos son responsables y respetuosos porque les damos la libertad de venir. No vienen solo porque se les ordena".Loa alumnos de lento aprendizaje reciben apoyo especial. Quizá esto sea el mayor logro de los finlandeses. Según los resultados del examen PISA, Finlandia tiene la menor brecha entre los estudiantes más aplicados y los de rendimiento más bajo que cualquier otro país de la OCDE: En vez de considerar el apoyo especial como señal de fracaso, los finlandeses ven en él una oportunidad para mejorar. Marja Koivisto, experta en educación especial de la escuela Olari en Esopoo, al Oeste de Helsinki, trabaja con alumnos que tienen problemas de aprendizaje o de conducta. Para cada uno de ellos crea un programa individual orientado a metas alcanzables: primero, sencillamente asistir a clases; luego llevar a tiempo los libros y, así sucesivamente. "Cuando les dejo tarea, ni siquiera tienen que dar las respuestas correctas"; explica. "Lo importante es que lo intenten". En la pared hay una gráfica lineal para cada alumno. Cada vez que uno de ellos cumple un objetivo, María pone un punto nuevo en la gráfica y lo conecta con el anterior. Este sistema funciona: con muy pocas excepciones, las líneas van en constante ascenso. A los chicos indisciplinados se les corrige haciendo que se queden un rato en la escuela después de clases y, en casos extremos, con la expulsión temporal. A esos estudiantes se les asigna un programa de trabajo en casa. "Pero son casos muy raros", dice Riitta Sarras. El éxito educativo de Finlandia es tan rotundo, que resulta difícil encontrarle fallas. Con todo, algunos educadores de ese país se cuestionan si sus escuelas están descuidando a los alumnos superdotados. "Somos muy buenos para ocuparnos de los estudiantes ordinarios, pero me pregunto si alentamos a los genios para que rindan al máximo", dice Kyllikki Vilkuna, directora de la Escuela secundaria de Kulosaari. "¿Convendría tener escuelas especiales para los alumnos talentosos? ¿Deberíamos brindarles más apoyo? Es importante que nos pongamos a analizar estos asuntos": Sin embargo, los finlandeses creen (y los resultados del examen PISA lo demuestran) que todos los estudiantes, sea cual sea su capacidad, se benefician del aprendizajes cooperativo que tiene lugar en las aulas. Kirsti Santaholma acostumbra dividir su clase de francés en grupos de dos o cuatro alumnos, y asigna al menos un estudiante sobresaliente a cada grupo. "Si pusiera juntos a los rezagados o a los de rendimiento medio, tendría que concentrarme sólo en ellos", explica. "Al dividirlos como lo hago, los más aplicados ayudan a los atrasados, y así puedo recorrer el salón para supervisar a todos": La maestra va de grupo en grupo: ayuda a resolver los problemas de gramática y ofrece palabras de aliento. Jamás critica a nadie. "Nunca decimos 'estás mal', porque eso avergüenza a los alumnos y socava su deseo de aprender" dice Kirsi. Es normal no aprender en ocasiones, o hacerlo lentamente. Les decimos a los muchachos que comparen sus calificaciones sólo con las anteriores suyas, no con las de los demás". La profesora hace una pausa y se pone muy pensativa. Lo que dice a continuación de algún modo sintetiza todo lo que el sistema finlandés ofrece a los estudiantes: la garantía de paciencia, tolerancia y un compromiso autocrítico con la excelencia. "Cuando un alumno no aprende", expresa, "Pienso que algo está fallando en mi forma de enseñar". ¿De qué manera podrían las escuelas latinoamericanas seguir el ejemplo de las finlandesas y emular sus logros? Creo que esto no se dará nunca, y en resumen podemos decir que en México sucede un caso excepcionalmente diferente y digno de atención, donde los encargados y responsables de implementar los programas y planes educativos, son profesionales, docentes y teóricos que nunca han tenido la experiencia de atender un grupo de educación básica, pues las autoridades responsables de atender los destinos de este país (la clase en el poder), para poder utilizar a sus hijos, incondicionales y protegidos en delinear los destinos del país (los que estudiaron en prestigiadas universidades y escuelas del extranjero -presenciales o virtuales- especialidades, maestrías y doctorados de cualquier disciplina del conocimiento), invitando a integrantes del sindicalismo mexicano a elaborar dichas propuestas, sin darse cuenta que estos tampoco saben nada de la educación, pues su modus vivendi ha sido siempre la grilla rastrera y vergonzante, que los hace escalar en esta maraña del nefasto sindicalismo que impera, lo que da por consecuencia tremendos yerros en todas estas cuestiones que integran el Sistema Educativo Nacional. Por otro lado, invadidos por el desanimo y la desesperanza de cambiar tantos desatinos que se dan en estas acciones, la mayoría de los docentes se convierten en tipos desanimados y cosificados, ejerciendo una labor sin emoción, ética ni teoría, lo que complica en demasía este importante y trascendental quehacer. Por ello, y pese a las evaluaciones internas que se hacen anualmente a través del Examen Nacional de Logros Académicos en Centros Escolares (Enlace), estos son poco alentadores, pues en términos generales no hay calificaciones de avance, sino de retroceso, los resultados de la prueba señalan que el 70 por ciento de los estudiantes en primaria continúan en el nivel insuficiente y elemental y sólo el 30 está en el bueno y excelente. Aunque una verdad de estos malos resultados no sólo son de las escuelas, pues hay otros factores que inhiben los buenos resultados en las instituciones educativas. En estos casos entran situaciones como el nivel académico de los padres, sumado a la difícil situación económica. Todo esto es parte de las situaciones con las que debe lidiar el maestro en un aula, de ahí que no toda la responsabilidad es del docente. La situación desventajosa de los infantes en zonas rurales, se presenta más porque la falta de infraestructura, la novatez de los maestros y la falta de herramientas para la enseñanza, hacen que los resultados sean bajos. Los instructores comunitarios del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), en muchas ocasiones son habilitados como maestros cuando apenas tienen una escolaridad de secundaria. Muchos factores influyen en nuestra problemática educativa, la que con un poco de sentido común podemos superarla ¿O no? ¡Estamos! alodi_13@hotmail.com
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