CANDIDATOS CIUDADANOS
Y SOCIEDAD CIVIL

Marco Antonio Figueroa Quinto


En la actualidad es común escuchar o leer la mención de los términos “candidatos ciudadanos” y "sociedad civil", el primer concepto es recurrente en esta capital, donde dos de las últimas candidaturas (presidencia municipal y diputación federal) por el decaído partido tricolor han sido depositadas en ciudadanos que no pertenecen a dicho instituto político, obteniendo contundentes triunfos, lo que agudiza la crisis, que no es solo en el otrora partido avasallador, sino en cada uno de los partidos políticos vigentes, parece ser que los militantes de estas agrupaciones, en el afán servilista de quedar bien con los dirigentes de los diversos grupos políticos existentes, están utilizando talento (si lo hubiere), esfuerzo y dedicación para entrar a la nómina gubernamental o partidista y se olvidan de servir al prójimo. A pesar de los relevos del ejecutivo federal y local, todavía se añoran épocas pasadas, donde gobernantes, funcionarios y autoridades de cualquier nivel alcanzaban cargos, puestos y representaciones con el apoyo del mandante en turno, tiempos que afortunadamente han quedado sepultado en la ignominia histórica de nuestro país, donde muchos no se resisten al cambio, intentando revivir ese pasado vergonzante y oprobioso en los nuevos políticos, que empalagados con dosis de poder, pretender sustituir a miembros de la vieja guardia, que enriquecidos en la anárquica política existente, haràn hasta lo imposible por dejar a sus herederos y seguidores en puestos claves, para seguir explotando las riquezas que a todos nos pertenecen, los que sin un hálito de vergüenza y si con mucho cinismo, vociferan que son los mejores (si, pero solo para robar).

En las actuales elecciones, por lo regular ganarán los que tengan tras de si, trabajo, dedicación, mística de servicio y convicción por el mejoramiento de la ciudadanía (aunque la perversidad de algunos, no se resistirán a perder y harán todo lo posible para cambiar los resultados desfavorables), en condiciones normales, los buenos ciudadanos siempre alcanzarán el apoyo y refrendo de las mayorías en las cuestionadas elecciones para alcanzar puestos de elección popular, y más aquellos que abanderen los principios y requerimientos de la ciudadanía y de la sociedad civil organizada. Nuestra sociedad esta asqueada del actuar de aquellos que “iluminados” por un cargo, siguen actuando con prepotencia, fatuidad y desinterés por los principales problemas que aquejan a las mayorías, continuando con políticas serviles hacia los dueños de grandes capitales, lo que no entendemos pero si comprendemo$.

Hace unos años iniciamos con un grupo de auténticos patriotas a organizar a la sociedad civil en esta entidad, infiltrándose en esta lucha algunos desclasados, que trataron de muchas maneras de disolver tal empresa -estos que actualmente se han empleado con el gobierno actual- no cumpliendo con su cometido, ya que la Alianza de Organizaciones Democráticas Independientes (ALODI) sigue vigente y actualmente posesionándose en el ánimo de nuestros conciudadanos, ya que valores y convicción nunca han estado en venta, lo que nos permitirá participar de lleno en las próximas elecciones, las que sin duda serán una de las mas reñidas, ya que sabemos de trampas y marrullerías que los mafiosos utilizan, a lo que desenmascaremos y derrotaremos en las urnas. Por ello seremos bastante cuidadosos de concatenar nuestros ideales a los principios de los mejores candidatos, los que seguramente elevarán a nuestro municipio y entidad a los planos que todos merecemos.

A los candidatos ciudadanos no debemos confundirlos con los candidatos independientes, los primeros representan el sentir y reflexión de la ciudadanía, en cambio los segundos responden a intereses muy personales, los que difícilmente responderán a las necesidades más apremiantes de nuestra gente, diferencia que probablemente se pueda dar, pero vemos muy difícil en nuestro medio, donde el protagonismo y ambición hacen que algunos obnubilados se consideren los elegidos, con estos mantendremos siempre nuestra sana distancia, ya que si las mayorías nos equivocamos, son riesgos calculados en nuestra democracia y a ella nos atenemos.

Hablar de sociedad civil entendiéndola como elemento en la organización humana actual, implica comprender su relación con los demás componentes de las estructuras sociales. Norberto Bobbio entiende por sociedad civil "la esfera de las relaciones entre individuos, entre grupos y entre clases sociales, que se desarrollan fuera de las relaciones de poder que caracterizan a las instituciones estatales”. Entonces la sociedad civil entra como la supuesta contraparte del Estado (y la actual connotación de éste en el Mercado); es decir, la forma agrupada en la que los gobernados hacen manifiesto el poder que la democracia moderna le concede, recuerdo a un exsecretario de gobierno, que en una sana plática en su oficina del Distrito Federal manifestó a viva voz “La sociedad civil, no existe”, tratando de minimizar nuestra empresa, pero casualidad o causalidad, a los seis meses se presentó a nuestra entidad como candidato a la gubernatura y como bandera traía la representación de la “sociedad civil”, por supuesto que perdió, ya que nadie puede ser tan incongruente. La distinción de la sociedad civil organizada con otras manifestaciones del "poder popular" (el voto, el plebiscito, el parlamentarismo, las instituciones y sindicalizaciones, y demás organismos que fungen como vinculadores entre la ciudadanía y el Estado) radica en su carácter deslindado de la estructura política regidora y la autonomía de la ciudadanía para congregarse con fines particulares, la mayoría de las veces para atender con honestidad y justicia algunas cuestiones que el gobierno desdeña, por ello desde este espacio reiteramos nuestro reconocimiento y respeto a doce organizaciones ecologistas-ambientalistas, seis de derechos humanos, cuatro en contra de la violencia y dos liberales, las que integran en Veracruz orgullosamente a la ALODI. . Esto es lo que también se conoce como organismos no-gubernamentales (mejor conocidos como ONG'S'S), las cuales tienen carácter privado y se constituyen por lo general "bajo forma de asociaciones (a veces de fundaciones, no como otras que al vapor y con intereses mezquinos aparecen en años electorales), sin ánimo de lucro, que se rigen, en consecuencia, por el Derecho del Estado en el que tienen su cede". Claro que resulta pertinente distinguir que las ONG'S resultan de organizaciones civiles que, como tales, no pertenecen -o al menos no debieran hacerlo- a la "sociedad política" (gobierno y partidos), a la "sociedad militar" ni a la "sociedad religiosa"

Según Jaqueline Peschard "las sociedades democráticas modernas se caracterizan por la gran cantidad de organizaciones y asociaciones que se forman y a las que se incorporan los ciudadanos para promover los más diversos ideales y demandas sociales (..)". De este modo, la sociedad civil organizada se convierte en un órgano de presión y vigilancia al Estado y las demás instituciones vinculadas. Ello involucra también abanderar las necesidades de grupos de la sociedad usualmente recluidos al término "minorías"; en realidad son asociaciones con necesidades claras y bien definidas que se contraponen a la imposición de una supuesta "mayoría". Recaen en una masa intangible, ambigua y, en ocasiones, prefabricadas. De hecho, "la propia regla de la mayoría exige el reconocimiento de la necesidad y legitimidad de la existencia de minorías y, por consiguiente, de sus derechos, empezando por el de convertirse en una nueva mayoría". Pero entonces, ¿por qué debe existir la congregación ciudadana? Quizá el elemento fundamental que le otorga validez es el derecho a la participación cívica. A sabiendas de la existencia de un órgano supremo que regula, legisla y mantiene un orden social -el Estado y los actores políticos- debe existir también una contraparte, emanada desde la ciudadanía, que otorgue equilibrio en las fuerzas; "la participación se convierte en el medio privilegiado de la sociedad civil para hacerse presente en la toma de decisiones políticas” Es esta participación la que le permite exigir, demandar e indicar las necesidades del Pueblo que deben satisfacer las instancias gubernamentales y políticas. Retomando una metáfora, la sociedad civil es "como un dedo que señala el hueco, la ausencia de lo que debiera estar ahí y no está, para que, entonces, se pueda hablar efectivamente de sociedad".

La sociedad civil organizada puede entonces definirse como una "asociación voluntaria" de ciudadanos para participar en una "esfera pública de debate" con la "autoridad pública limitada" Es en esta "esfera pública" donde se hacen presentes los ciudadanos (representados a través de la sociedad civil organizada) y sociedad política (el Estado, los partidos políticos y las agrupaciones emanadas de ellas) para buscar la mediación pero también de otros actores públicos que parecen buscar acaparar este espacio: el llamado "cuarto poder" de la prensa y los medios masivos de comunicación. La injerencia de éstos últimos en la sociedad actual es tal, que parecen ser ellos los voceros de la sociedad y que incluso algunos teóricos, como McCombs y Shaw, acusan de establecer una "agenda" de prioridades políticas a la audiencia ¿Hasta qué punto puede -o se le permite- a la sociedad civil organizada ser voz de la ciudadanía? La respuesta parece incierta, pero podemos estar seguros, que los candidatos que emerjan con el respaldo de la sociedad civil organizada, tendrán una visión certera de la problemática existente, ya que por trabajar cotidianamente a favor de las mayorías, su óptica será siempre veraz y certera, así los candidatos de la ciudadanía responderán por siempre a ellos y no a líderes o pseudos líderes, que en su afán protagónico o aspiraciones políticas futuras los utilizarán y limitarán en sus funciones, lo que nunca será bien visto ¿O sí? ¡Estamos! alodi_13@hotmail.com