LA EDUCACIÓN BÁSICA HOY

Marco Antonio Figueroa Quinto


Siempre serán vergonzantes las cifras que muestran crecimiento en el rezago educativo de la población de quince años, que se ha agudizado los últimos cuatro años, creciendo hasta alcanzar a treinta y cinco millones sin enseñanza básica, según estadísticas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Yucatán y Tabasco son los estados que mantienen el mayor porcentaje de población con analfabetismo y rezagos educativos, lo que siempre será lamentable, no solo para los que nos encontramos al frente de los grupos, que vemos con tristeza como poco a poco sucede esta problemática, sin poder hacer nada, ya que los factores que inciden en el ausentismo, retardos y deserción escapan a los buenos deseos y capacidad de cualquier docente, pues estos responden a problemas más complejos y de fondo, originados por políticas sociales y gubernamentales, las que han dado al traste con la población vulnerable, la que se desenvuelve en la redes más bajas. El secretario de Educación Media Superior de la SEP, Miguel Székely Pardo, informó que en la administración federal se ha establecido la meta para que entre 2007 y 2012 se pueda atender a por lo menos cuatro millones 418 mil personas en rezago educativo. Al inaugurar una reunión preparatoria hacia la sexta Conferencia Internacional de Educación de Adultos (Confitea), a celebrarse en Brasil el 19 de mayo, el funcionario de la Secretaría de Educación Pública (SEP) se enfocó en su discurso al rezago educativo. En el encuentro internacional México liderará la región de América Latina y el Caribe, para lo cual se han efectuado reuniones preparatorias en las que surgió un documento que fija ante el mundo la posición del área respecto al reto de abatir el analfabetismo y el rezago educativo. En específico, dijo Székely Pardo, se pretende revertir el retraso de 760 mil personas con analfabetismo, un millón 206 mil con primaria incompleta y dos millones y medio que no han terminado la secundaria, precisó. "Esta meta de cuatro millones 418 mil personas es un avance históricamente importante para hacerle frente al analfabetismo en el país, pues solamente en el caso de la secundaria implica resarcir el rezago educativo en casi 18 por ciento en la presente administración", agregó. Székely Pardo reconoció que uno de los grandes retos de esta administración y que encabeza el Instituto Nacional de Educación para Adultos (INEA), es que el Estado y el gobierno mexicano puedan garantizar para 2012 los servicios de alfabetización y educación básica a la población en rezago educativo. Destacó que en el territorio nacional se ha abatido prácticamente el analfabetismo entre la población de 15 a 24 años, pero no es suficiente, pues se tiene un gran rezago educativo. El funcionario federal refirió que "México cuenta con 33.4 millones de personas en rezago educativo, 5.9 millones de analfabetas, 10.1 millones de personas con primaria incompleta y 17.4 millones de personas sin secundaría completa". Entre los avances destacó que el INEA cada mes atiende en promedio a un millón 348 mil personas en servicios de alfabetización de nivel inicial, intermedio avanzado en alfabetización y en educación primaria y secundaria. Székely Pardo comentó que muestra del impacto de estas acciones es que de toda la certificación que se realiza en primaria en el país, cada año el porcentaje de certificación primaria que se otorga por el INEA es de 7.6 por ciento. En el caso de la secundaria estimó que es mayor la certificación, ya que representa 18 por ciento de los certificados que cada año se otorgan en el país para este nivel educativo. En lo que va de año las personas que no han concluido su educación básica ha aumentado en vez de disminuir, estadísticas que deben de alertarnos sobre la situación imperante, procesos que indican que de cada cien alumnos que ingresan a su educación media básica (secundaria), veinte no la concluyen. Por ello los planteamientos de una reforma educativa de Educación media básica con respecto a la participación del maestro en su orientación y realización, deben tomar en cuenta aspectos importantes como: la relación entre la sociedad y el universo educativo, el espíritu que la genere, los estudio previos al detectar necesidades por cubrir, la formación profesional del magisterio, su actualización y las perspectivas profesionales de su labor, en síntesis; Una evaluación integral del sistema educativo, lo que necesariamente lo llevará a los planos óptimos de operatividad y eficiencia, obteniendo con ello la excelencia y optimización requerida y anhelada por todos. Este trabajo hace un enfoque de los rubros anteriores por separado, para derivar un resumen posterior, y presentar, finalmente, una serie de recomendaciones cuya aplicación deben considerarse inaplazables. Los estudios sobre el binomio educación-sociedad parten de la afirmación de que ésta es una superestructura y que como tal es condicionada fundamentalmente por la base económica de la sociedad. Sin dejar de ser un hecho aceptado, es conveniente esclarecer algunos conceptos que nos permitan comprender en toda su dimensión, el proceso que caracteriza el actual cambio social. En toda sociedad los hombres organizan mediante el trabajo para actuar sobre la naturaleza en un proceso de producción de satisfactores con los cuales puedan cubrir sus crecientes necesidades. La manera y los medios con que el hombre ejerce su acción sobre la naturaleza, así como su propia auto modelación, constituyen lo que se conoce con el nombre de fuerzas productivas, o sea, los métodos, técnicas y medios de producción, la propia experiencia de los hombres y sus actitudes de trabajo, y además los hombres mismos, que constituyen el principal elemento de dichas fuerzas productivas. Estas, poseen pues, un carácter eminentemente social, es decir, son fuerzas productivas sociales. Por otro lado, entre los hombres se establecen relaciones de producción que se derivan de las necesidades de cooperación y de división en el proceso social del trabajo. Son relaciones que responden a la necesidad de asociarse y de establecer intercambios de actividades. Las relaciones sociales de producción, esto es, las relaciones que contraen los hombres entre sí, se modifican según el carácter de la producción. Sin embargo, no todas las relaciones sociales son de carácter económico. Hay también relaciones que son resultado del compartimiento de unos hombres respecto a los demás (relaciones propias de la vida familiar de las costumbres, etc.). Existen relaciones políticas, jurídicas, morales, religiosas, científicas, culturales y artísticas que tienen un reflejo en la conciencia del hombre. Así se forman ideas sociales, que un conjunto de sistemáticos constituyen las ideologías. Paralelamente las ideas sociales se manifiestan actitudes humanas sobre las relaciones sociales. Las ideologías y las actitudes constituyen la llamada conciencia social, la que muchas veces interactúa entre los integrantes de la sociedad para generar sus cambios, cambios que no siempre son favorables. Las relaciones de producción que caracterizan a una sociedad en un momento dado, constituyen la base económica o estructura de la sociedad; mientras que la conciencia social (ideas y actitudes de los hombres) junto con las relaciones sociales conscientes no económicas, forman la súper estructura, la cual no es arbitraria, si no que se adapta necesariamente a la base económica. Al cambiar esta, o sea, al modificarse las relaciones de producción esenciales, también cambia la súper estructura, es decir, se modifican los elementos de la conciencia social y se desarrollan las nuevas relaciones sociales (un ejemplo de o anterior es el enorme gasto que se ha hecho con el material bibliográfico, audio gráfico y videográfico que se utilizaría en el sistema educativo de este sector de la población, que es utilizado en una proporción de un 20%, ya que en la mayorías de las escuelas se carece del material indispensable para poner en práctica todo este “valioso” material complementario, el que responde más a intereses de grupo, que a necesidades de la población; cuestión que deberemos analizar fríamente). Ahora bien, es conveniente aclarar que no cambian todas las ideas y actitudes de la súper estructura, sino solo aquellas que estorban la estabilidad del nuevo sistema social. En consecuencia, una súper estructura puede conservar ideas y actitudes propias de estructuras anteriores, así como las que son características de una nueva organización social. Las relaciones sociales y la conciencia social son acciones que se establecen reciproca y repetidamente entre los hombres, hecho que conduce a la formación de acciones habituales, rutinarias, que se estereotipan en las costumbres. En otras palabras, las relaciones sociales, las ideas y actitudes de los hombres se caracterizan por su resistencia al cambio, resistencia que solo puede romperse mediante la acción de estímulos externos, dejados en una intensa publicidad y un excelente uso de mercadotecnia. En cambio, las fuerzas productivas: los medios de producción, la experiencia y la capacidad de los hombres, acusan un progreso incesante. El hombre modifica las fuerzas productivas y adquiere un nuevo patrimonio material que lo estimula a ejercer una -cada vez más- decidida acción sobre la naturaleza, con lo que adquiere otro nuevo patrimonio material para seguir, así indefinidamente, el desarrollo incesante y creciente de las fuerzas productivas, desarrollo que provoca con el paso del tiempo, una perturbación en el carácter de las relaciones sociales que tienen que modificarse para adaptarse al avance científico y tecnológico. Al cambiar las relaciones sociales productivas que son parte de la estructura social, resulta inoperante la súper estructura anterior (ideas, actitudes, relaciones sociales no económicas), contradicción que se supera mediante la adaptación de la súper estructura a la nueva base económica, dando lugar con estos ajustes a la aparición de un nuevo sistema social. La sociedad actual, la sociedad del siglo XXI, se caracteriza por un vertiginoso progreso en las ciencias, las artes y la tecnología. La educación forma parte de la súper estructura de la sociedad, y aunque influye poderosamente en orientar la conciencia de los hombres hacia la modificación de la estructura, requiere de constantes ajustes para no rezagarse en el contexto del progreso general. En otras palabras, por más esfuerzos que se hagan para actualizar la educación siempre tendrán la posibilidad de seguir ajustándola al cambio social, o bien adelantarnos a éste a través de diversas innovaciones. Aparece, pues, la necesidad de establecer mecanismos que garanticen una permanente revisión y actualización de los sistemas educativos, desde la educación preescolar hasta el nivel profesional –aunque debemos dejar bien claro, por este momento, lo que interesa es la educación básica, sustento y fuente de una consistente y eficiente educación-. Entre los estudios que se realizan para conocer mejor las características de la educación básica, se destaca el que relaciona este nivel educativo con la estructura social y el desarrollo en América latina de parte de investigadores serios y consistentes, enterados de la problemática de nuestros pueblos. Nuestro país a diferencia de los países altamente desarrollados, todavía esta lejos de alcanzarse la atención al total de niños en edad de cursar la educación primaria. Los países latinoamericanos más avanzados en educación, lograron sus progresos en este campo, inspirados más bien por motivación de una política integradora de la nacionalidad, que por las demandas de la industrialización, caso concreto Cuba. Una estructura educativa particular caracteriza a la América latina: por un lado, gran parte de la población en edad para cursar la educación básica, carece de atención, mientras que por el otro, existe una fuerte escolarización a partir de los 15 años de edad. Todos los niños de 11 años de edad, debieran estar inscritos en el sistema educativo. En Europa se atiende al 96% de niños de esta edad. En América Latina solo Cuba se acerca a dicho porcentaje Argentina y Uruguay siguen a los Cubanos, México y Chile atienden al 83% de niños en esa edad; el Salvador y Venezuela al 70%, Colombia al 64% y otros países como Haití menos del 50%. Respecto al ciclo de educación básica, a los 13 años de edad, los países europeos atienden a más del 90% de adolescentes de esta edad; en cambio en América Latina, solo cuba se aproxima a esa cifra (83%), Argentina atiende al 70%, Uruguay Venezuela y Chile al 60% y nuestro país al 48%. Es obligada la conclusión de que el cuello de batalla se presenta en él transito entre la educación primaria y la educación secundaria. A los 15 años algunos jóvenes latinoamericanos tienen iguales o mayores oportunidades de acceso a las aulas que los jóvenes europeos. En efecto, mientras en Europa se atiende a menos del 40% de los jóvenes de 15 años, en América Latina es superado este porcentaje por Argentina, Chile, Uruguay, Cuba, Venezuela, y el Salvador. En México, el 28% de la población continúa con sus estudios. En nuestro sistema educativo, la educación primaria retiene al 48% de alumnos de 13 años y al 24% en edad de 15 años. Estos hechos deben obligar a una profunda revisión del sistema educativo en la educación primaria con el objeto de analizar las causas (deserción, ineficacia de los métodos de enseñanza, inscripción tardía, etc.,), para reorientarla y encauzarla hacia nuevas metas. En México se han planteado nuevas estrategias y modernos contenidos en la educación primaria, a través de una reforma que aspira a la formación de niños con mayor sentido de responsabilidad y poseedores de un elevado juicio crítico, criterio que es sostenido en la enseñanza progresiva: secundarias generales, tele secundarias y secundarias técnicas. En el ciclo medio superior sé continua modificando los planes y programas de estudio así como la metodología didáctica: Creación de colegios de ciencias y humanidades, colegio de bachilleres y los centros de estudios científicos y tecnológicos. La educación superior profesional ha promovido importantes reformas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), las Universidades de provincia y los institutos tecnológicos regionales, la Universidad Autónoma Metropolitana y diversas universidades particulares que coadyuvan a resolver esta demanda. Resulta incuestionable pues, la necesidad de iniciar el proceso de reforma en la educación secundaria desde una visión de los operadores de dicha modalidad, pues siendo consecuente de la educación primaria y antecedente del bachillerato, sus lineamientos deben estar acordes a los planteamientos de una reforma educativa integral. Históricamente, el concepto educación media básica, hoy secundaria comprendía la enseñanza dirigida a los egresados de la escuela primaria, que se preparaban para realizar estudios superiores y sus objetivos consistían principalmente en una formación cultural y científica. En la actualidad se pueden distinguir tres ejes fundamentales de la educación secundaria. Educación basada en la cultura como antecedente de una educación superior especializada. Educación técnica que forma parte el ejercicio profesional que no requiere de una preparación superior. Educación básica, complementaria de la primaria y en algunos países formando con ella un todo unitario, que contempla la formación integral de la persona como gente individual y social, formación que le permite medianamente preparado el ingreso en el mercado de empleo, así como la continuación de estudios superiores. Los tres objetivos se combinan en distintas formas aunque aparece ya una clara tendencia de los grupos sociales por pasar del objetivo que atiende a preparar el alumno para la educación superior, hacia el objetivo de integrar el ciclo medio básico con la educación primaria, constituyendo así ana educación general básica con las características descritas, aumentando la obligatoriedad de cursar diez años. Otros países, además de constituir la educación básica, fomentaron el cambio de la educación vocacional en educación técnica, con validez para continuar con estudios superiores. También hubo países que fusionaron la educación primaria que se imparta en las llamadas escuelas secundarias, o bien dividieron el ciclo medio en dos: uno básico y general y el otro propedéutico con objetivos específicos. En México, la educación media básica se forma al desgajarse del bachillerato en 1925, aunque no dejo de conservar características de una etapa de tránsito hacia la educación superior. En 1945 se inicia una reforma que ataca deficiencias casi exclusivamente del plan de estudios y de la metodología didáctica. En 1960 se reestructura nuevamente el plan de estudios y se diversifican las modalidades técnicas de este nivel. A la fecha existen paralelamente escuelas secundarias generales, tecnológicas industriales, comerciales, agropecuarias, de enseñanzas especiales, tele secundaria y la secundaria abierta. Desde 1993 se implementó la educación básica de los mexicanos de diez años, entendiéndose esta al cursar un año de preescolar, seis de primaria y tres de secundaria, lo que se trata de mantener vigente y conectada en todos los aspectos. Debemos tener muy en cuenta que no basta una definición de objetivos para que la educación básica cumpla con su función. Si las posibilidades de ocupación que ofrece la sociedad a los egresados del nivel básico, no guardan relación con su formación, sino que el mercado de empleo restringe la aplicación de las capacidades y habilidades adquiridas por los egresados de este nivel, si esto sucede, la educación básica cambiará su orientación así como sus contenidos para tender no a una formación básica, sino otra vez a una educación media, de transito hacia los niveles superiores. El concepto de educación básica debe entenderse como un requerimiento que presenta la sociedad a la educación para el desarrollo de las capacidades individuales que permitan la incorporación a procesos productivos complejos, aprendizaje de técnicas específicas a una flexibilidad tal que facilite la adaptación a los distintos papeles que pueden desempeñar el individuo en una sociedad cambiante, tal es el caso del uso y manejo de la computadora, pero si se carece de ella andaremos mal. Si la escuela no cumple con esta orientación general básica descrita se cae en el peligro – que no hay que soslayar – de que predomine la orientación academicista de los educadores los cuales pueden, por su propia formación profesional tender alejarse del medio social y a sumergirse en objetivos, propios de su formación intelectual o de sus carencias, agudizando la problemática existente. Así pues, luego de adoptar un modelo de educación general básica que incluyen la educación primaria y la del ciclo de la enseñanza secundaria, seria necesario hacer hincapié en los principales problemas en que han caído no pocos países que se encuentran en este caso: A juicio de la UNESCO persiste una deformada formación científica así como graves defectos en su enseñanza. La formación tecnológica es insuficiente e inadecuada principalmente en el sistema de secundaria, la cual impide que la formación científica se introduzca en la realización de procesos productivos. Hay escasez de experimentación cinética, además de la falta de prácticas de trabajo y experiencias que conduzcan a la vinculación natural entre la ciencia y la tecnología, se abusa de la saturación de contenidos que hace reiterativa la enseñanza, tornándola en acciones estériles, aburridas y sin dinámica. En nuestro país la doctrina de la educación media básica no puede ser ajena a los lineamientos que para la educación en general, prescriben el artículo 3º. Constitucional y la Ley Federal de Educación. La educación primaria y la secundaria son obligatorias. “La educación que importa el estado tendera a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentara en él, a la vez, el amor a la Patria y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia. No olvidarse que “el fin primordial del proceso educativo es la formación del educando. Para que éste logre el desarrollo armónico de su personalidad debe asegurársele la participación activa en dicho proceso, estimulando su iniciativa, su sentido de responsabilidad social y su espíritu creador “(Art.20 de la Ley Federal de Educación). Tiene plena vigencia lo prescrito en el Artículo 3º de nuestra Carta Magna, con relación al criterio que orientara a la educación, Esta será laica, pues se mantendrá ajena a cualquier doctrina religiosa para garantizar la liberta de creencias garantizada por el Articulo 24 constitucional, científica, ya que combatirá fanatismo, ignorancia y prejuicios; democrática, pues aspirará a un sistema de vida que propicie la superación económica social y cultural del pueblo (aunque se observa que las instituciones de tendencia religiosa, principalmente de tendencia católica apostólica tienen vigencia y complacencia del ejecutivo para violar flagelantemente estos mandatos, lo que forja a otro tipo de estudiantes, los que se ven favorecidos en el estatus social vigente), nacional, por que se centrara en el estudio de nuestros problemas, el aprovechamiento racional de nuestros recursos y propugnará por nuestra independencia política y social, e internacional, fomentando un mayor un mayor interés por los problemas de la sociedad, sustentando ideales de fraternidad, sin atender a diferencia de razas, sectas, grupos, sexos o individuos. Contando con una noción elemental acerca del marco social que encuadra a la educación, no podemos menos que aspirar a una reforma de nivel básico que contemple sus aspectos más importantes de una manera integral, y que responda a una necesidad impostergable de revisar a fondo el sistema educativo mediante un replanteamiento de objetivos, planes de estudio, programas escolares, tecnología educativa, organización de las escuelas, actualización del personal directivo y docente, etc. En este contexto general, destaca la importancia de uno de los principales agentes de la educación: el maestro, promotor de un sinnúmero de actividades, organiza el ambiente escolar para propiciar una formación del educando de acuerdo a los requerimientos que plantea la realidad social y las exigencias de la globalidad. El maestro, guía insustituible en el proceso enseñanza-aprendizaje, ha de comprender claramente los procesos naturales y sociales que la realidad le presenta, para adoptar, en consecuencia, una actitud liberal, científica y humana ante la vida escolar. El maestro que cuenta con un conocimiento profundo y funcional acerca de las características bio-psico-sociales del niño, adolescente, el joven o en adulto, según sea el grupo humano que tenga que dirigir. El maestro preparado para sumir su papel de guía en el ejercicio de la democracia, como sistema de vida que permite al alumno un mayor grado de participación en el quehacer educativo y un ejercicio libre del juicio crítico y constructivo. Además de propiciar en el alumno la adquisición de una amplia gama de posibilidades de realización personal y social a través de oportunidades para poner en juego su creatividad propia (el que ha sido marginado de tales enmiendas y reformas, ya que la referida Alianza por la Educación fue convenida por tecnócratas en el poder y líderes sindicales, desvinculados con la práctica docentes de los niños y jóvenes actuales). Esto implica también la conducción del alumno para que tome parte activa en el proceso científico de la elaboración del conocimiento. Por su puesto para lograr del maestro este mínimo de aspiraciones deseables, juega un papel muy importante la vocación, para poder ser el principal conductor de grupos escolares, el más entusiasta de los promotores de actividades creativas, el ser humano dotado de una alta formación científica con gran capacidad de comunicación y de dialogo, en fin, el agente educativo más comprometido con el progreso de la sociedad a través de la preparación de sus individuos (no a los aventureros y acomodaticios de otras disciplinas, que con un breve barniz pedagógico tratan de desplazar a los auténticos doctos de estos menesteres, lo que conviene a las autoridades neófitas de estos menesteres que están en la cima administrativa de la educación de nuestro país por cuestiones políticas, para tratar de sojuzgar la labor docente y la práctica productiva). La ley Federal de educación se refiere al educador como el “promotor, coordinador y agente directo del proceso educativo” y previene que “deben proporcionársele los medios que le permitan realizar eficazmente su labor y contribuyan a su constante perfeccionamiento (Art. 21)” y como parte de la función educativa se considera necesario “establecer y promover servicios educativos que faciliten a los educadores la formación que les permita su constante perfeccionamiento” (Art. 24. ) , No con seudo cursos, cursillos al vapor, academias carentes de los mínimos requerimientos para alcanzar objetivos óptimos y una carrera magisterial que responde a interés de manipulación y control que al verdadero sentido de superación magisterial. La referida Alianza por la Educación, como algo innovador reclama de un estudio previo de necesidades que nos ilustre acerca de los requerimientos de la educación básica en estos momentos. A través de este estudio se puede contar con un diagnostico objetivo de la situación que guardan las escuelas en cuanto a su organización y administración, los planes y programas escolares, los métodos auxiliares didácticos, los libros de texto, la tecnología educativa, las características del niño y adolescente mexicano, así como carencias y deficiencias en la formación y situación profesional de los maestros. Es inaplazable una revisión a fondo del ciclo básico de la educación –no por los mismos de siempre-, para que logremos su reforma realista, que guarde una armoniosa relación con los postulados y acciones de la educación primaria, para ello debemos de consultar a quienes estén en este quehacer educativo, para conocer fortalezas y debilidades, y no darle la oportunidad de reformas a profesionales que solo saben de esta, por que en alguna ocasión pasaron en las aulas como alumnos, lo que no se debe, en cambio con los primeros se podrá contemplar las aportaciones de los auténticos trabajadores del quehacer educativo los que son ignorados en su mayoría. Las acciones que deberán emprenderse con relación a la formación y actualización de maestros han de responder a este estudio de necesidades. Es necesario examinar este problema en dos direcciones: una, desde el punto de vista cuantitativo, que nos precise las cantidades de los maestros en términos absolutos y relativos de cada grupo profesional y otra, de aspecto cualitativo, que determine los rasgos característicos de los niveles de preparación y actualización de los maestros. La situación profesional que guardan los maestros del nivel básico, en cuanto a sus antecedentes científicos y pedagógicos, puede agruparse de la siguiente manera: El primer grupo formado por maestros con estudios profesionales adecuados a su función docente con carreras cursadas en las escuelas normales superiores o instituciones afines. En este grupo se concentra el 88% del total de maestros de este nivel; pero para efectos de reforma educativa, debe considerarse que la preparación adquirida por ellos esta de acuerdo con las necesidades requeridas y que es menester proporcionarles las orientaciones convenientes, con el fin de que pueda cumplir adecuadamente con las nuevas funciones que seguramente les serán encomendadas. El 12% de docentes del nivel medio básico tiene otros títulos diferentes al de maestro, o bien carece de formación profesional. Segundo grupo integrado por profesionales de diversas especialidades, pero carentes de antecedentes pedagógicos. Es innegable que los maestros incluidos en este grupo poseen una consistente formación científica en el campo de su especialidad, pero para cumplir mejor con su función, requieren de una capacitación pedagógica especial. En el tercer grupo pertenecen diversos profesionales no especializados en educación, pero que tienen como antecedente el ejercer o haber ejercido como profesores de educación primaria. Aunque este último hecho constituye un buen apoyo a su trabajo, es indudable que no es suficiente la preparación psicopedagógica en el campo específico de la adolescencia y en los problemas propios del nivel medio, el cuarto grupo de profesores de educación primaria que ejercen en regiones donde es insuficiente el número de maestros con estudios profesionales para atender las necesidades docentes del lugar. Este grupo de maestros se prepara en forma autodidáctica, o bien regulariza su situación profesional asistiendo a los cursos intensivos que ofrecen las escuelas normales superiores en los periodos de vacaciones. El quinto grupo constituido por maestros sin preparación profesional, o bien con estudios incompletos, estos son mínimos, ya que se les limito a los sindicatos su intervención en estos menesteres. De lo anterior, puede inferirse que para atender debidamente las necesidades de una reorientación profesional del magisterio, se requiere cumplir tres aspectos fundamentales: formación de maestros.- Las escuelas formadoras de maestros se verán en la necesidad de transformar su estructura actual, adaptando esquemas más flexibles, redefiniendo objetivos, revisando planes de programas, actualizando la metodología didáctica, para estar de acuerdo a las exigencias de la reforma de la educación media básica y a las modificaciones que impone constantemente una sociedad cambiante. Actualización.- En este rubro pueden considerarse diversas acciones dirigidas no sólo a los maestros en servicios, sino además a todo aquel personal que cumple con alguna función en la institución educativa. Perspectivas profesionales.- La reforma educativa no debe limitar, sino antes bien, ampliar el campo de posibilidades de actuación profesional del maestro, así como abrirse nuevas perspectivas profesionales, promoviendo a los que más y mejor realizan su desempeño académico. De las consideraciones hechas con relación a los ejes rectores de la educación media básica, se desprende la necesidad de definir los nuevos objetivos para las instituciones formadoras de maestros. Debe considerarse la posibilidad de preparar al maestro de educación media, tanto en nivel básico, como en el ciclo superior. Hay que pensar en una formación científica y pedagógica más consistente y flexible a la vez, que permita al maestro una natural adaptación a los diversos cambios que seguirán presentándose en la problemática educativa. La formación del maestro debe abarcar los campos filosóficos, científico, cultural, psicopedagógico con orientaciones teóricas y prácticas. En cuanto a la formación científica es preciso hacer algunas precisiones. Si consideramos que los fenómenos naturales y sociales constituyen una motivación par la curiosidad del hombre. E explicable que este despliegue esfuerzos por reflejar en su mente las regularidades que presiden cambios en los campos natural y social. En este afán del hombre por adquirir una comprensión cada vez más clara y profunda del mundo que lo rodea, se distinguen muy diversos enfoques para estudiar un mismo hecho. Así por ejemplo, las proezas que nuestra sociedad civilizada ha realizado en el campo de la astronáutica puede contemplarse desde diversos ángulos: el desarrollo científico y tecnológico, el efecto de los viajes extraterrestres en los organismos vivientes, su posible aplicación para ampliar los recursos naturales disponibles, el reforzamiento del poderío militar, el acercamiento a una paz duradera entre los pueblos, etc. Lo que más importa al hombre en última instancia, es poseer un conocimiento claro e integral de la interrelación de fenómenos para comprender mejor el mundo en el cual está inmerso y capacitarse en forma idónea para la modificación inteligente de dicho mundo natural y social. Cuando las disciplinas científicas se desprendieron de la filosofía, la sociedad vivió en un despertar que la llevo a considerables progresos científicos y tecnológicos. Este hecho imprimió a los hombres una especialización extrema y así se formaron zoólogos, botánicos, químicos fisiólogos, juristas, etc. Actualmente la complejidad de los fenómenos que son motivo del conocimiento obliga a un enfoque más amplio y funcional de las ciencias, que no debe ser confundido con el enciclopedismo que recomendaban los franceses del siglo XVIII, pues mientras este significaba una acumulación de una gran cantidad de conocimientos especializados, el conocimiento funcional de los hechos se refiere a la comprensión de las interrelaciones que guardan entre sí los fenómenos que antes se consideraba independientes. En la modificación del plan de estudios, la formación por áreas o materias especializadas del conocimiento permite al maestro, además de la ya mencionada comprensión funcional de los fenómenos, la posibilidad practica de ejercer su profesión aplicando programas tanto por áreas como por materias. La formación del juicio crítico se ve seriamente obstaculizada por una enseñanza libresca y memorística. El maestro debe poner en juego durante y después de su formación, su capacidad creadora a través de una metodología dinámica, apoyada por la tecnología educativa más moderna, no hacerlo así convertirá en obsoleto todo lo aprendido. La psicopedagogía debe enfocarse al estudio de los problemas característicos del adolescente mexicano a través de la investigación y la experimentación, cada aula o escuela debe de ser un laboratorio o taller que aporte nuevas acciones o experiencias enriquecedoras. Es conveniente que el maestro de educación media, como el de cualquier otro tipo educativo, sea formado en los niveles superiores de licenciatura, maestría y doctorado y que las escuelas normales superiores del país unifiquen sus planes de estudio para evitar la dispersión que actualmente se presenta en este aspecto, anarquía que sigue galopeando no sólo entre escuelas oficiales y particulares, sino entre las mismas de carácter publico. Papel preponderante en la selección de maestros debe jugar la vocación, pues no puede esperarse una eficiencia labor profesional de quien carezca de inclinaciones para estudiar y trabajar en la conducción de adolescentes y jóvenes, sobre este respecto debemos de profundizar más, ya que las cualidades intrínsecas del ser humano deben de ser exploradas en su totalidad, solo de esta manera se conocerán las aptitudes, actitudes e intereses que conforman el criterio personal. En él termino formación permanente y continua en el docente se refiere a todo aquel tipo de acciones que se realizan para que los maestros en servicio, pongan al corriente con el progreso general, conocimientos y experiencias, para poder atender óptimamente las exigencias que la modernidad le depara. El personal docente de educación media debe contar para ello, con las oportunidades de adecuar, pugnar y participar en encuentros que atiendan a una superación científica, pedagógica y cultural, así como el acceso a la investigación cinética de la problemática educativa, tanto en ámbito nacional o internacional, no escatimar recursos en superficiales barnices que poco aportan para los fines propuestos. Un programa de actualización debe guardar concordancia con el estudio de necesidades que haya que cubrir. Podemos aspirar en términos generales a establecer el servicio permanente de asistencia técnica al magisterio, mediante las siguientes acciones: Complementación Pedagógica y Científica.- Para aquel grupo de maestros cuyos estudios profesionales son incompletos, o bien carecen de ellos. Se puede hacer un agrupamiento de los casos que presenten características comunes, mediante una evaluación de capacidades, que permita implementar planes de diferenciales de complementación. Esta puede referirse en una primera etapa, a aspectos generales y básicos de la psicopedagogía, y científica, para luego proceder a una preparación especifica de acuerdo con el área en que labora el maestro. Esta preparación debe conducir también al maestro a la obtención del grado de licenciatura. Actualización científica y pedagógica.- Con la cual se puede atender al grupo de maestros que si fueron preparados para ejercer la docencia en este nivel, es decir, que se formaron en las escuelas normales superiores o instituciones afines; pero es indudable que requieran de una información científica y pedagógica que los familiarice con los nuevos criterios de la ciencia y los contenidos psicopedagógicos. Como este grupo de docentes posee ya una preparación a nivel profesional, se sugiere que sus estudios de actualización tengan un conocimiento académico a nivel de maestría, grado que debe considerarse como él mas adecuado para ejercer en este nivel educativo. Así la maestría debe constituir una aspiración para todos los profesores de educación media. El doctorado puede tener carácter selectivo y constituir la base para la investigación y la experimentación educativa y para la orientación profesional del magisterio en las innovaciones pedagógicas. Perfeccionamiento.- Para quienes se encuentren en un nivel aceptable de actualización científica y pedagógica, pues se requiera siempre con un mecanismo de superación permanente mediante la profundización en el estudio de las ciencias y sobre todo a través de aportaciones valiosas que enriquezcan el acervo alcanzado en la ciencia y en la pedagogía. La nivelación, complementación, actualización y perfeccionamiento de los maestros deben ser apoyados por los medios de información más modernos: publicación y distribución de libros y revistas especializados, la facilidad para obtener becas de estudio en el país y en el extranjero, programas de radio y televisión con temas educativos, proliferación de bibliotecas, etc. Es importante tener en cuenta que para lograr una actualización eficaz del personal que labora en las instituciones que imparten la educación media, ha de atenderse en forma destacada al personal directivo (administradores escolares, jefes de clase, inspectores y supervisores, directores, subdirectores, auxiliares técnicos de zona escolar, etc.). Asimismo, el personal administrativo y normal requiere ser tomado en cuenta en los programas de actualización. Todas las actividades de actualización y perfeccionamiento docente pueden llevarse acabo a través de muy diversas modalidades entre las que destacan diversos tipos de cursos (directos, intensivos en periodos de vacaciones, abiertos, con paquete didáctico), círculos de estudio, investigación científica, asistencia técnica, y eventos diversos (mesas redondas, ciclos de conferencias, simposios y congresos). Los cambios que traiga consigo, la reforma de educación básica, reclamaran fundamentalmente de la participación decidida del magisterio, pues sin ella, todos los esfuerzos realizados resultarían infructuosos, se debe concluir con la farsa que presenta la multimencionada “carrera magisterial” que atenta contra todo tipo de perspectivas halagüeñas. Se ha menciona ya un conjunto de acciones relativas a la formación y actualización de los maestros y como consecuencia de ello se propone la posibilidad de que el docente obtenga los grados de licenciatura, maestría, y doctorado con los siguientes estímulos escalafón arios y económicos, cuestión que no se hace de manera general, solo se promociona con relación a un presupuesto, el que por cierto tiene serias limitantes. Es conveniente propiciar el arraigo del maestro en el nivel medio básico, mediante la formación y actualización adecuadas a su ejercicio profesional, y a través de diversas expectativas económicas que le aseguren su permanencia en el servicio, ya que si iguala y supera la curricula de otros sistemas, es conveniente que en sueldo se pretenda su nivelación. Un aspecto de suma importancia en el campo profesional del maestro, es la titulación profesional. En efecto, un porcentaje mínimo de egresados de las escuelas profesionales optaba por el grado académico correspondiente. Deficiencia que pudo ser superada por programas especiales que promovían la titulación expedita para los maestros en servicio, y para los futuros maestros que aún cursan estudios en las escuelas normales superiores, se podrían diseñar programas que permitan la titulación en forma simultanea en la terminación de la carrera, ya que algunas instituciones particulares de nivel superior lo efectúa y con éxito. Los acelerados cambios que se opera en la sociedad actual, en todos los ordenes, imponen a la educación la necesidad de ajustarse o bien adelantarse a los requerimientos del desarrollo social. En el país se ha puesto en marcha el establecimiento de mecanismo que garanticen la permanencia revisión y actualización del sistema educativo en sus niveles elemental, del bachillerato y superior, por ello debemos seguir pugnando por la situación de educación media. Resulta impostergable la necesidad de plantear una revisión a fondo de los postulados y contenidos de la educación media básica, para tratar de eslabonarla, fundamentalmente, con los objetivos, programas, y metodología de la educación primaria. La doctrina orientadora de la educación media básica debe seguir inspirada en los postulados del Artículo 3º. Constitucional y de la Ley Federal de la Educación. En todo caso, debe tenerse presente que el criterio que ha de regir a la educación será laico, científico, democrático, nacional e internacional. En toda acción de reforma educativa el maestro juega un papel preponderante, pues sin su decidida participación en la búsqueda de objetivos y en la realización de innovaciones, cualquier esfuerzo que se emprendiese resultara infructuoso. Toda actividad referente a la formación y actualización de los maestros, debe partir de un estudio objetivo de necesidades por cubrir. La situación profesional que guardan los maestros del nivel medio básico, en cuanto a sus antecedentes científicos y pedagógicos puede agruparse por casos afines: maestros con preparación pedagógica y científica de acuerdo a su labor, maestros con estudios profesionales pero carentes de antecedentes pedagógicos, maestros de educación primaria, maestros con preparación profesional insuficiente o nula. La formación de maestros ha de atender a los nuevos requerimientos profesionales, y establecer programas flexibles en prevención de los cambios que indudablemente se seguirán presentando en la educación. La vocación es un elemento de primera importancia para asegurar el éxito del ejercicio profesional del maestro. La actualización profesional del magisterio debe contemplar la posibilidad de que todos los maestros tengan la oportunidad de participar en eventos que a su superación científica pedagógica y cultural, no solo por cubrir un requisito, sino profesionalizar esta actividad. En los programas de actualización del personal debe tomarse en cuenta al personal directivo y de supervisión, así como al administrativo. La reforma educativa de la educación media básica ha de propiciar la decidida participación del magisterio con su diseño y realización. Para ello es necesario que las acciones de actualización profesional se introduzcan en perspectivas profesionales como es la obtención de los grados de licenciatura, maestría y doctorado con sus consecuentes estímulos escalafonarios. Y a manera de conclusión, o mas bien diría de petición: Una reforma eficaz de la educación media básica de acuerdo a los requerimientos que plantea nuestra sociedad sometida a cambios constantes, debe ser aquella en la que intervengamos los operarios de esta, lo que dará confiabilidad y consistencia al trabajo. Una orientación de esta reforma derivada de los postulados constituciones y de las prescripciones contenidas en la Ley Federal de Educación. Orientación que ha de tender a dotar a los educandos de los elementos intelectuales, científicos, artísticos y prácticos que le propicien una clara comprensión del mundo que vive, una capacitación para actuar cada vez mas decidida y eficazmente en el aprovechamiento inteligente de nuestros recursos, participación democrática en la comunidad escolar, formación de juicio critico y creador, asimismo para que se capacite en aprender, fomentando el autodidactismo. Armonización cuidadosa de los objetivos, planes y programas, así como la metodología de la educación media básica con la adoptada por la educación primaria. Organizar los planes y programas de estudio de la educación media básica, de tal manera que permita sus egresados obtener una preparación de habilidades básicas y una formación general ocupacional. Para emprender una reforma permanente y continua en este nivel educativo, es necesario tomar en cuenta el papel preponderante, decisivo, que juega el maestro en la búsqueda de adjetivos y en la realización de las actividades propias de la reforma. El maestro debe contar, además con las informaciones y orientaciones necesarias para que realice su labor con claridad de acción, con un profundo conocimiento de lo que trata de alcanzar. Con respecto a la formación de maestros: A un contando con una coexistencia de planes de estudio en la educación media básica es conveniente que en la preparación de maestros ofrezca un alto grado de homogeneidad en lo que se refiere al nivel de estudio. Este nivel no es inferior al medio superior y superior profesional. Para hacer una adecuada selección de aspirantes al ingreso del magisterio, es indispensable tomar en cuenta no solo aptitudes intelectuales y conocimientos, sino también de manera muy importante, su vocación, la formación básica del maestro debe basarse en los campos filosóficos, social, científico, (informática) cultural y psicopedagógico, con un enfoque interdisciplinario. Los programas de formación de maestros de educación media abran perspectivas de trabajo en el ciclo medio superior, pues hasta la fecha no existen escuelas que formen al personal docente del bachillerato, aunque es cierto, los que ingresan a esta perciben salarios mayores. Es conveniente la preparación científica del maestro por áreas especializadas del conocimiento, que además de dotarlo de una comprensión funcional de los fenómenos naturales y sociales. Posibilitándolo para ejercer su profesión aplicando programas tanto por áreas como por materias. En cuanto a la actualización, se consideran convenientes las siguientes acciones: Nivelación académica para los maestros en servicio que carecen de antecedentes pedagógicos. Complementación pedagógica y científica para aquel grupo de maestros que tienen estudios profesionales incompletos o bien se quedaran con la preparación de la normal básica. Actualización científica y pedagógica dirigida al grupo de maestros, que habiendo sido preparados para ejercer docencia en este nivel, requiere de una información que los familiarice con los nuevos criterios y contenidos de la ciencia y la pedagógica. Perfeccionamiento, para quienes cuenten con un nivel aceptable de actualización científica y pedagógica y pueden profundizar en el estudio de las ciencias para hacer aportaciones al acervo cultural de la ciencia y la pedagogía. Los programas de actualización de personal deben ir dirigidos no solo al personal docente y de supervisión, sino también a los directivos y al personal administrativo y normal. Es necesario apoyar las acciones de actualización docente con los medios más diversos de comunicación como son: cursos, asistencia técnica especifica, publicación y distribución de revistas especializadas, ciclos de conferencias, mesas redondas, simposios, congresos, bibliotecas, programas de radio y televisión, etc. Con relación a las perspectivas profesionales. Se propone que los estudios de nivelación académica, así como los de complementación científica y pedagógica, conduzcan científica y pedagógica, conduzcan a los maestros a la obtención del grado de licenciatura de educación media, que seria el requisito mínimo indispensable para ejercer en este nivel. Los estudios de actualización científica y pedagógica que se han descrito pueden desembocar en el grado de maestría, grado deseable para todo docente de nivel medio. También puede establecerse el grado de doctor para quienes opten por la investigación, o bien se dediquen a labores de innovación pedagógica y orientación del magisterio. La obtención de estos grados debe contar con los consecuentes estímulos económicos, independientes de la controversial situación que ha originado “Carrera magisterial”. A los maestros que hayan cumplido con todos los programas de actualización se les prepararían programas especiales de profundización en el estudio crítico de las ciencias y en el refinamiento de la tecnología educativa. Es conveniente facilitar la titilación de los maestros en servicios mediante acciones inmediatas y promover la titulación simultanea a la terminación de los estudios en los planes de estudio de las diversas escuelas normales superiores. Lo estímulos y reconocimientos que por la ley están contemplados por la antigüedad para los docentes deben ser similares en monto y percepción al que se demuestra año con año y fundamentalmente es la excelencia, de esa manera existirían paradigmas vivientes en este quehacer educativo, fomentándose la sana competencia por ser mejor en su actividad, lo que acabaría de una vez por todas con los mediocres y pusilánimes que vegetan en este sistema. Reconocimiento a la excelencia por área, subsistema y sector, haciendo el proceso transparente, justo y veras; terminado con el canibalismo magisterial que a nadie conviene y denigra a quien lo ejerce y ejecuta. Probablemente siga enmarcado en una utopía, pero quien no busca lo mejor y más conveniente para su gremio, siento que no aspira a nada en esta vida. La confianza seguirá fincada en autoridades que escuchen y den respuesta a las inquietudes de sus bases, sino fuese así, todavía queda otro camino: Empujar siempre y continuamente para que exista ese vínculo indispensable, ya que a todos conviene y a nadie afecta. ¡Estamos! alodi_13@hotmail.com