CUANDO EL MUNDO SE NOS VIENE ENCIMA

Por Marco Antonio Figueroa Quinto


“Cuando por los años no puedas correr, trota, cuando no puedas trotar camina, cuando no puedas caminar, usa el bastón. Pero nunca te detengas”. Madre Teresa de Calcuta.



Regularmente padres y docentes no solo debemos tener capacidad de preparar a nuestros hijos y alumnos a enfrentar los retos que la vida presenta de la mejor manera posible, sino hacerlos entender que muchos de estos riesgos son imprevistos, los que determinarán nuestras vidas quizá para siempre. Hacer ver a las nuevas generaciones que el reto de la vida no es caer, sino levantarse dignamente después de estas caídas, eso es y será por siempre. Después de acontecimientos inusitados tenemos la obligación de infundir confianza a éstos, hacerles recuperar la ecuanimidad y tratar de enmendar esos yerros. En lo personal cuando nuestra conducta nos produce desasosiego, inquietud, pérdida de serenidad o enojo con erróneas acciones, es cuando las palabras adecuadas levantan a uno el ánimo, paliando de alguna manera tales desatinos, que más que producto de la ineptitud e ignorancia, por lo regular es por dos cuestiones –así lo he analizado-,un exceso de confianza, cercana a la vanidad desmedida o por el propósito de realizar las cosas con una excelsitud que deje profunda huella en los demás, lo que no siempre se consigue. Sostenemos desde siempre que aquel que nada hace y se mantiene en el ocio e indiferencia es muy difícil que se equivoque, en cambio, cuando uno esta expuesto a la opinión de los demás por lo regular puede uno acertar de la mejor manera, ser aceptado en lo realizado o equivocarse catastróficamente, de esto último es el tema de hoy: Cuando algo no nos sale bien y sentimos que el mundo se nos viene encima, se suscitan en nuestro interior cuestiones que muchas veces nos marcan para siempre, es el momento en que debemos estar preparados a enfrentar tales retos y saber de que materia estamos constituidos . Dos o tres situaciones hemos enfrentado en posición de excelencia, actuando de manera contraria a lo esperado, exponiéndonos no solo a la crítica sana y edificante, sino a la censura más atroz y destructiva de nuestros “amigos”. En un evento regional de oratoria temática, era tanto el deseo de triunfo que inicie tal perorata sin haber sido enterado del tema, cuando llegué a él, calle, otra cuestión se suscitó en el festejo del cuarenta aniversario de telesecundarias, donde se me honró para dirigir el juramento a la bandera –dentro del acto cívico de honores a nuestro lábaro patrio-, y al tratar de ejecutarlo con singular maestría, algo sucedió inexplicablemente y quedé callado en medio de tal acción, siendo rebasado por los más de mil compañeros docentes, que sin mi dirección lo concluyeron –lo cual agradecí de la mejor manera-, sin duda que tales impactos dentro de mi han sido terribles, inaceptables y un tanto vergonzante, pues si lo hubiese concluido sin novedad, como ciento de veces lo he realizado no hubiese pasado nada, pero….Es realmente asombroso lo que sucede dentro de uno, cuando sin querer nuestros actos se alejan no solo de la perfección, sino de la regularidad –lo que muchos mediocres nunca advertirán-, queriendo que el tiempo se detuviese y rehacer lo dañado, al mismo tiempo sirven estos momentos para conocer a los demás y oír la palabra adecuada y sincera de muchos, que compartieron tal hecho como si fuese propio. No cabe duda que la frase “Nunca deja uno de aprender” estará siempre vigente en las mentes de aquellos que tenemos la humildad (dentro de la soberbia que a cada uno acompaña) de aprender continuamente. Retomando mi más reciente desliz memorístico, recibí muestras solidarias las que valoro en su exacta dimensión. ¡No cabe duda, que la palabra adecuada en el momento adecuado es siempre importante! Uno de ellos, relatando detalles similares –quizá supuestos, pero utilizándolo como bálsamo para mi estado depresivo- decía que el mundo sigue, otro más, asocio este hecho con una anécdota singular ¡Inaudita!, expresó que “cuando Beethoven se enteró de que Napoleón se había proclamado emperador exclamó: ¡Cómo! ¿Entonces el también es tan sólo un ser humano? Acto seguido borró el nombre del general corzo de la dedicatoria de su tercera sinfonía (La Heroica) y en su lugar escribió: “Compuesta a la memoria de un gran hombre”. En opinión de Beethoven la vanidad del emperador había matado al gran hombre. Hoy sabemos que todos los grandes hombres y las grandes mujeres son, pese a todo-también ellos- seres humanos”. “Y tú mi estimado amigo, eres simplemente un hombre con virtudes, victorias y fracasos, ánimo, siempre serás grande”, otro compañero, que recién bajaba con su reconocimiento por sus más de cuarenta años al servicio de la educación expresó con sinceridad –uno la puede percibir- “Amigo Marco Antonio, hasta al mejor cazador de le va la liebre, ánimo; usted vale mucho”, otro más en el ambiente festivo de la comida conmemorativa en el salón social “El Domo”, efusivamente me dio un abrazo y textualmente exclamó “Marco, estoy orgulloso de ser tu amigo, todo tu trabajo me llena de satisfacción y eres admirable” finalmente compañeros de estudios minimizaron la magnitud de tal omisión, resaltando mi ecuanimidad pese a lo embarazoso de la situación. Esto confirma mis pensamientos respecto a los alumnos, que hay que prepararlos no solo para triunfos y victorias; donde deben de actuar con humildad, sino actuar con grandeza en las derrotas o fracasos. De todo esto tenemos que experimentar para disfrutar la plenitud de la vida, aprendiendo en la máxima escuela de la vida “que hay que disfrutar poco de lo dulce y mucho de lo amargo” cuando aprendamos estas lecciones, seguramente seremos mejores seres humanos ¿O no? ¡Estamos! alodi_13@hotmail.com