UN PUEBLO CON ESPERANZA

Por Marco Antonio Figueroa Quinto



"Las acciones correctas para el futuro son la mejor disculpa de las equivocaciones del pasado." Tryon Edwards



Parece ser que con el reciente cambio del ejecutivo en Veracruz la población vuelve a recuperar un halo de esperanza, como observador de las reacciones de nuestra gente parece ser que el Dr. Javier Duarte de Ochoa, gobernador electo para el sexenio 2010-2016 tuvo acertada intervención en su toma de protesta con un discurso austero, corto, creíble y con un sesgo de deslinde de un reciente pasado; oprobioso y asfixiante. Pese a que nuestra entidad no escapa a la designación que como parte de un país en vías de desarrollo está, reconociendo que los países pobres son aquellos sin recursos, instituciones y, en algunos casos ni voluntad, ni vocación, ni mucho menos visión y, en muchas ocasiones, carentes de un liderazgo capaz de avivar esperanzas, motivar esfuerzos y voluntades para construir un camino al desarrollo, el bienestar y la prosperidad de generaciones futuras, lo que no sucedió en los pasados sexenios gubernamentales, donde cotidianamente ha imperado frivolidad, negligencia y corrupción; sentenciándonos a un porvenir sin ilusiones—la muerte es cada día más barata y aceptada con mayor resignación por pueblos desesperanzados. Ese es el triste cuadro navideño del pueblo veracruzano que, en menos de dos meses, ha tenido que desfogar sus emociones por la pérdida de su patrimonio y la muerte de familiares, parientes, amigos y conocidos ante dos desastres naturales—el huracán Karl y la tormenta Matwes—agravados por el peor de los desastres: la incompetencia, indiferencia e inutilidad de un grupo de autoridades, que afortunadamente ya se fueron, pero aprovecharon la ocasión para engrosar sus bolsillos, lo que no se vale. Y, lo peor del caso es que la discusión pública del tema cataliza más desesperación ya que el oficialismo miente y la oposición con un discurso complaciente y cómplice agravaba la situación, la que se espera pueda ser atendida como se debe. Muchos de los informes dados al respecto por los principales medios de comunicación fueron falsos, tal y como quedó plenamente demostrado por los habitantes de las zonas siniestradas, los que han tenido que bloquear carreteras y protestar por el manejo desaseado de estos asuntos ¿Por qué mienten? Porque creen que con mentiras, medias verdades y tergiversaciones pueden desviar la atención del pueblo. Mienten porque creen que así dan la sensación de que han manejado bien los desastres y eso no fue cierto, las malas lenguas dicen que muchos aprovecharon la ocasión para acrecentar su fortuna ¿Ustedes lo creen? Yo sí. Cabe preguntarle a la hoy presidente del DIF estatal si fue cierto lo que se comentó, que cuando deseaba intervenir en labores de rescate, su antecesora le expresó que ya le llegaría su tiempo, que por el momento se fuese a atender a su marido. Mientras tanto, el pueblo triste por el innumerable cuadro de mentiras de unos, la indiferencia e inconsciencia de otros y el desacertado discurso que mareó a todos los veracruzanos con el rojo fiel, como aquel que no tiene otra opción; siendo capaz de agarrarse de un clavo hirviendo si eso lo ayuda, ven a Javier Duarte, el personaje idóneo para resolver sus tribulaciones, frustraciones y desencantos ¡Esperamos de corazón; que el nuevo titular encuentre la manera de quitarse la jetatura de su antecesor, y poco a poco “sepulte” las herencias recibidas! Porque todavía la esperanza está en el ánimo de todos. Triste espectáculo sería que antes de resolver los problemas de un pueblo agraviado por todo cuanto ha tenido que soportar, el gobierno anuncie planes de celebrar la Navidad con una gran fiesta, lo que no se vale, pues el pueblo, sigue sepultando sus muertos y, con ellos, sepultaría su esperanza ¡Lo que no se desea! ¿O sí? alodi_13@hotmail.com