¡CINISMO!

Marco Antonio Figueroa Quinto



“Lo que un grupo ambiciona, cae. Perdura siempre lo que un pueblo quiere”. Por eso es que hay estar siempre en política con el: Veni, Vedi, Vici con la ética y la moral revolucionaria siempre por delante. Porque hay una frase lapidaria que reza lo siguiente: “Los que hacen las revoluciones a medias no hacen más que cavar sus propias tumbas” José Martí



Sin duda que la frase externada por el inmortal Abraham Lincoln que a la letra dice: " puede engañarse a todo el pueblo una vez, que puede engañarse una parte de él todas las veces, pero no puede engañarse al pueblo todas las veces" queda para analizarlo en relación con los nefastos gobiernos que se han tenido últimamente, sean estos del ámbito local, estatal y nacional, pocos se salvan. Así hemos visto diferentes formas de gobernar, pero todas con una similitud asombrosa ¡Imperio de ineptitud, corrupción y cinismo! Esta última condición es la que más asombra, pues muchos de tales gobernantes creen que la mayoría del pueblo son tarados, ciegos o cómplices de sus rapacerías, perversiones y engaños; pues ante las evidencia de lo anterior; quieren vender la idea de su bondad, eficiencia y pulcritud, y pese al dinero que destinan para ello a través de los medios masivos de comunicación y gacetilleros corruptos, inmorales y pervertidos, la verdad surge como el día después de la noche. Lo que hoy conocemos como cinismo político implica por lo demás, la exaltación indiscriminada de la improbidad, de la práctica maliciosa y del doblez moral. De igual manera el cínico politiquero, presume mucho de lo que sabe que es un impostor arrogante y pendenciero, así el perfil del cínico político. Cada día con mucha indignación y, lo que es peor, con mucha indiferencia, buena parte de la ciudadanía de este país, que viven al margen de los círculos clientelares del poder, el nepotismo, el trafico de influencias, el amiguismo, la falsa información privilegiada que pulula alrededor de gobernaciones, alcaldías, ministerios, instituciones de este sufrido país. Testigos todos del cinismo ramplón con el cual actúan buena parte de los políticos tanto del gobierno como de la mal llamada oposición causa en todos asco y rechazo. El cinismo, la hipocresía, la desvergüenza, la desfachatez, el descaro, la impudicia son los ingredientes corrosivos en el accionar político, el que es exaltado por unos cuantos. La mayoría de los políticos que, cuando son criticados por los medios de comunicación, censurados por el pueblo o investigados por la justicia, intentan engañar o confundir, utilizan con frecuencia sus terminales mediáticos, para señalar que las criticas, en realidad lo que buscan es perjudicarlos. Estos entes cínicos se distinguen por su desvergüenza radical, por adoptar modos de vida que escandalizan a su sociedad, por predicar la autosuficiencia, la libertad de palabra y la austeridad como cosas necesarias para alcanzar la tranquilidad de ánimo y con ello la felicidad ¡Imbéciles!. Se proclamaban cosmopolitas y liberados de cualquier obediencia a las instituciones, convenciones o leyes, ya que estas son siempre locales, y ellos se consideraban ciudadanos del mundo. En cualquier sitio se encontraban en su casa, por ello justificaban viajes al extranjero, apetito sexual con jovencitas y su enriquecimiento exorbitante. Debemos conocer que tipos así nunca cambiarán, ya que su vida responde a una condición filosófica. El cinismo es una de las manifestaciones más radicales de la filosofía y también de las más incomprendidas. Los cínicos consideran que la forma de vivir es parte fundamental de la filosofía e inseparable de su manera de pensar. Sin embargo, no todos los integrantes de este movimiento tienen las mismas actitudes externas ni los mismos comportamientos, por lo que a veces se habla de filosofía cínica, otras veces de actitud cínica y otras simplemente de locura. El término cínico es uno de esos términos que han ido perdiendo su significado original y transformándose en otro distinto al que tuvo en sus orígenes. Tanto es así que hay algunas propuestas para usar los términos quínico o kínico, con el fin de diferenciar claramente el concepto de cínico en su sentido original del que se usa hoy en día, es decir, diferenciar en concepto de cínico en sentido filosófico, de su sentido popular. Filosóficamente de lo que se trata, es de retomar o de pensar de un modo nuevo y diferente algunos temas antiguos, ya que el paso del tiempo ha cambiado completamente su significado, su origen y desarrollo han sido velados, para llegar a significar hoy, poco más que un insulto. El cinismo es una filosofía teórica y una práctica, pero también una forma de vida, aunque esta característica se empezó a perder enseguida, es una filosofía que pretende alcanzar la felicidad mediante la sabiduría y la ascesis. Uno de los rasgos que diferencia al cinismo de otros movimientos es precisamente la importancia que dan a la ascesis, la práctica continua del ejercicio mental y físico, como camino para conseguir un estado de ánimo apropiado para alcanzar la autosuficiencia, que les libere de los imprevistos y les endurezca para permanecer impasibles ante "adversarios existenciales" como el hambre, el frío o la pobreza, que no dependen de ellos. Esta actitud les emparentaba con el estoicismo, aunque su desvergüenza les volvía a alejar. Se pueden distinguir dos fases en el movimiento cínico: la primera fase se desarrolló básicamente en Grecia, durante los siglos -IV y -III, la segunda fase se desarrolló en las grandes ciudades del imperio romano: Roma, Alejandría y Constantinopla, y duró desde los siglos I a V. El nombre de cínicos tiene dos orígenes diferentes asociados a sus fundadores. El primero viene del lugar donde Antístenes solía enseñar, que era un gimnasio llamado Cinosarges, que se puede traducir como el perro blanco o el perro veloz. El segundo origen tiene que ver con comportamiento de Antístenes y de Diógenes, que se asemejaba al de los perros, por lo cual la gente les apodaba con ese nombre (kinicós). Está comparación viene por el modo de vida que habían elegido estos personajes, por su idea radical de libertad, su desvergüenza y sus continuos ataques a las tradiciones y los modos de vida sociales. Sin embargo detrás de todo esto, el cinismo pretendía dar una respuesta individual a la incertidumbre que se vivía en este periodo de crisis cultural, manifestando su malestar y descontento, y también librarse de los caprichos de la fortuna, guiando al individuo hacia la felicidad. Este camino no era fácil así que se necesitaba un entrenamiento, una disciplina para a conseguir una plena autonomía moral y a ser posible también física. Era característica de los cínicos la transgresión continua, tanto de los valores tradicionales, como de las normas sociales. El cinismo es una forma de vivir, pero también de pensar y de expresarse, y como no se han conservado las obras de los primeros cínicos, hoy son conocidos en gran parte por dichos y anécdotas (chreiai), que fueron transmitidos en forma de colecciones, la más usada es la de Diógenes Laercio, referencia fundamental para el estudio no solo de los cínicos, sino de gran parte de la filosofía anterior a su autor. Como verán mis apreciados lectores; los cínicos -principalmente los que tenemos en la entidad y municipio gracias a la “bendita” Democracia- en lugar de ser censurados y vilipendiados, deberán de ser admirados y convertidos en estatuas, solo así, dejarían de hacer más daño social del que han hecho en su miserable existencia. ¿O no? ¡Estamos! alodi_13@hotmail.com