VICISITUDES DEL VI ENCUENTRO
ESTATAL DE LECTORES



Marco Antonio Figueroa Quinto




Concluyó el pasado sábado 29 de julio el VI Encuentro Estatal de Lectores, programa que organizó con éxito el Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC) que dirige la doctora Esther Hernández Palacios, dentro de la Feria Infantil y Juvenil del Libro, en las instalaciones de la Prepa “Juárez” y la Escuela Industrial para Señoritas, acudiendo a este, profesionales, docentes y el voluntariado que promueve la lectura a lo largo y ancho del territorio veracruzano, los que enriquecen con su presencia y experiencia todo lo que se hace alrededor de este bello hábito, el que sin duda es el de mayor presunción y beneficio en el ser humano, aunque; increíblemente el leer, todavía no es una necesidad entre los veracruzanos, lo que se pretende y potencialmente se logrará, pues el entusiasmo del gran número de voluntarios solidarios, promotores de Salas de Lectura así nos los trasmiten y nos hacen vislumbrar optimistamente un estado de lectores.

De igual manera se tuvo la presencia de bibliotecarios veracruzanos, aquellos que se responsabilizan de atender los servicios que prestan nuestras bibliotecas estatales y municipales, así como un gran número de docentes e investigadores de la Secretaria de Educación en Veracruz, quienes por medio del programa “Rincones de Lectura” redoblan esfuerzos por implementar sus estrategias, las que mentes retrógradas y nefastas detienen dichos beneficios para lo mejor de nuestra civilización: Los niños, escondiendo y guardando todavía bajo llave los textos que se dan para estos.

Al concluir el referido encuentro se analizó el avance del programa con el coordinador de tal programa en Veracruz Fabián Reyes, el que invitó a los coordinadores solidarios a continuar con esta honrosa misión, dotando a cada uno con pequeño lote de libros, donde destacamos “el derecho a leer y a escribir”, de Silvia Castrillón donde nos habla de la situación en su natal Bogotá, asociándola con la de otros países de economía y sociedad similar como es nuestro paìs y por la importancia de sus afirmaciones la compartimos con el enterado y culto lector de “nuestro Diario de Xalapa”.

Sostiene que “leer y escribir es un derecho ciudadano y no un lujo. Menciona a la lectura como un hecho histórico, cultural y político que por momentos funciona como un arma de poder. La autora afirma que cuando la lectura se convierta en una necesidad y se aprecien sus beneficios, entonces será democrática. El objetivo es universalizar la lectura, y el derecho a una educación de calidad para todos. Sin embargo, generalizar el acceso a la cultura escrita requiere cambios económicos, políticos y sociales de fondo. Cambiar es difícil pero posible: el reto ético y político del bibliotecario, expone la opinión de Silvia Castrillón en cuanto a las bibliotecas y bibliotecarios. En esta ponencia, presentada en el 5° Congreso Colombiano de Lectura, Castrillón nos habla de las bibliotecas como espacios al servicio de la comunidad, sin embargo, algunas restringen su acceso a algunos sectores de la población u ofrecen opciones limitadas. La autora argumenta que se requiere de bibliotecas que cumplan objetivos más allá de su plan de trabajo, y es aquí donde radica la gran importancia del bibliotecario, pues él puede lograr que las bibliotecas ofrezcan una vía real y universal a la información. El bibliotecario debe ser un promotor constante de la lectura, por lo mismo, para cumplir estas funciones se necesita de una persona que se piense como intelectual, que asuma la responsabilidad social que tiene en sus manos con ética, que sea reflexivo y crítico.

Aquí, Silvia Castrillón expone la necesidad de crear programas de promoción de la lectura eficaces. Plantea que se ha fomentado la lectura basándose en la idea de que es un lujo, o bien como un objeto de recreación y por consiguiente, superficial. Afirma que hay una contradicción entre dichos programas de promoción, pues algunos solo quieren formar un público consumidor de libros, y no lectores. Castrillón refiere que se ha querido presentar al libro como un objeto y no como un transformador social. Algunas campañas de lectura no dan oportunidad de elección, merman la libertad”. Es por eso que la autora sostiene que debe fomentarse la lectura para formar lectores autónomos, libres y críticos. Silvia Castrillón vincula íntimamente la relación entre información, biblioteca y sociedad. Menciona que la biblioteca pública en su país tiene poca información sobre lo que circula en la sociedad, cuando su propósito debe ser solucionar el problema de desinformación. Esto, por supuesto, se presenta como un reto social. Es por eso, que la autora plantea asumir una lectura crítica de la realidad, acompañada de una biblioteca pública que cree ciudadanos mejor informados. Por todo lo anterior recomendamos este texto dada la importancia de desarrollar en nuestras sociedades la cultura de las bibliotecas como un recurso de crecimiento, placer y aprendizaje, así como lo necesario de trabajar juntos por una sociedad donde la cultura escrita llegue con la misma calidad a todos los sectores de la población.

Lo anterior nos ha dado pauta para redoblar esfuerzos y buscar la revalorización de la palabra escrita y su lectura, con el propósito de llegar a fondo de los diversos debates que se nos presentan actualmente, que seamos críticos de nuestra realidad, pero no como sucede actualmente, donde cualquiera se siente erudito en todo tipo de cuestiones, sino que este bien formado y mejor informado, lo que es obligación compartida por autoridades, organismos públicos y privados, especialmente los docentes, los que debemos y tenemos que despertar del letargo en que estamos inmersos, sino seremos rebasados irremediablemente por los enemigos del progreso y la apertura, lo que no se desea ni se espera ¿O sí? ¡Estamos!